miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los Relojes de Alestes, de Victor Conde ***

Poco tiempo después del primer viaje a la Luna, protagonizado por los caballeros del Gun Club estadounidense, en la Europa de entreguerras está fraguándose un proyecto que significará el inicio de una nueva era para el reino de Prusia.
Una rica aristócrata, frau Irna Hohenstaufen, invertirá su magnífica fortuna en financiar un viaje a la superficie del satélite con un propósito mucho más prosaico que el de los americanos: excavar en busca de oro hasta el mismo corazón de la Luna, con la ayuda de un misterioso reloj del que nadie conoce su utilidad, para así financiar la inminente guerra de su país contra el Imperio Otomano.
Pero lo que encontrarán una vez lleguen allí desafiará incluso las más atrevidas predicciones de los científicos...

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¿Por dónde empezar? “Los Relojes de Alestes” no es una novela sobresaliente. De hecho, por momentos, es torpe y áspera. Hay momentos sinceramente aburridos, hay otros que, desgraciadamente, el autor obvia cuando podrían resultar fuentes fundamentales de coherencia para la obra. Por momentos parece haber sido escrita con prisas, en otros, parece haber sido editado sin ningún tipo de delicadeza. Muchas veces el lector sentirá que le autor le oculta algo, que se ha guardado capítulos enteros, o que simplemente, ha pasado de escribirlos. Así, el lector va a pasar muchas horas con este libro frustrado. Va a pasar muchas horas porque no va a poder parar de leer. Y va a estar frustrado porque le gustaría conocer muchos más aspectos de esta ucronía steampunk de Victor Conde.
Sí, el autor carece de la soltura o el estilo que disfrutamos en otros escritores, pero hace gala de una personalidad que echamos en falta en muchos otros. Si “Los Relojes de Alestes” se lleva buen anota es por la gran valentía del editor y del autor. Del editor, por apostar por un género como el “steampunk” que en nuestro país carece del apoyo que muchos (muchísimos) lectores reclamamos. Del autor porque, sin querer medirse, a tomado la obra de dos nombres como Verne Y Welles, que no sólo son grandes en la literatura de género, sino que lo son de la cultura universal.
Dicho esto, el libro engancha. No será un libro de cabecera, pero será un libro que se disfrutara leyendo, en viajes de metro o en cómodos sillones. De un tirón y con ganas. Las carencias de estilo se ven sustituidas por buenas ideas y por una sinceridad que merece el reconocimiento del lector. Una vez que el autor y el lector se han puesto de acuerdo en “esto es una novela pulp y sólo queremos divertirnos” todo resulta mucho más fácil. Lástima que el estilo resulte apresurado y que ciertas ideas estén metidas de manera excesivamente forzadas. Bueno, tampoco se puede decir que se una falta que no compartan autores consagrados y a la que damos menos importancia por se quienes son (cuando debería ser al contrario). Lo importante de “Los Relojes de Alestes” es que entretiene, y que está plagado de buenas ideas. Muy buenas ideas. Y que salvo algunos giros argumentales y sorpresas un tanto decepcionantes y chocantes, el lector va a disfrutar de nuevo viajando a la Luna (por primera vez). Se tropezará con ciertas reflexiones que seguro que le interesarán, y se reirán con guiños e ideas realmente ingeniosas.
Este es un libro modesto que precisamente por su falta de pretensiones resulta, eficaz en su papel de obra de divertimento y esparcimiento. Es una obra sincera que no engaña en ningún momentos: las sorpresas que pueda encontrarse en lector serán argumentales, pero nadie podrá decir que no sabía que estaba leyendo una novela sobre un grupo de personas que viajan a la luna a finales del siglo XIX”. Si quieres pasar un buen rato compartiendo ese viaje, dale una oportunidad al libro.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Un Mundo Invertido, de Christopher Priest *****

La ciudad avanza por medio de raíles, surcando una tierra devastada llena de tribus hostiles. Los raíles deben ir colocándose delante de ella al tiempo que se progresa y ser retirados cuidadosamente tras su estela. Los ríos y las montañas suponen un obstáculo casi insalvable para el ingenio de los técnicos de la ciudad. Pero si se detiene su movimiento, la ciudad va cayendo en el campo gravi-tacional destructor que ha transformado la vida en la Tierra. La única alternativa al progreso es la muerte.

Helward Mann, un miembro de la élite de la ciudad, sabe mejor que nadie que su existencia pende de un hilo: está a punto de descubrir que el mundo exterior es infinitamente más extraño que su propio entorno, que tan bien cree conocer.


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Como diría Joaquín Reyes, los buenos libros de ciencia ficción deben dejarte "con el culo torcido". Y es que uno no escribe una novela clave del género sin zarandear algunas seseras. Priest es uno de esos grandes autores que acumula premios, buenas críticas, fans, y poco a poco, adaptaciones cinematográficas. Así que hablar de uno de sus libros que más me gusta se hace un poco difícil, ya que todo son bondades y es difícil ser crítico.

Un Mundo Invertido es, como casi todo lo que escribe Priest, una trampa. O mejor dicho, tiene truco. En este caso se nos presenta el texto como un sandwich en la que la obra se abre y cierra escrito en tercera persona y centrado en un personaje que no es Helward Mann, el protagonista del grueso del libro, que narra en primera persona su experiencia en Tierra, la ciudad móvil sobre la que trata el libro.

Ese cambio de registro es la clave del texto, la broma de Priest: desde el principio te está enseñando qué es lo que hay, te está diciendo la verdad, es el lector el que interpreta y se cree lo que quiere. Es el mismo juego de El Prestigio, cuando nos decía: Permanece atento, voy a enseñarte un truco. Y el truco, el que protagoniza la historia es en sí mismo la historia. Aquí nos hace un truco similar, un “dentro-fuera” que tal vez pille con la guardia baja al lector, a pesar de haberlo tenido delante durante todo el rato.

A pesar de sus cinco estrellas, y por sacarle una pega (y teniendo en cuenta de que se trata de un manía personal mía más que de un defecto del libro), tengo que advertir que algunos pasajes son un tanto psicodélicos, tal vez demasiados para mi gusto. Dado que se narran estados de percepción alterados, tampoco tengo claro si se podrían haber descrito de otra manera, pero en mi opinión son surrealistas en exceso. Pero no es más que una cuestión de gusto.

Evitando todo tipo de spoilers, la profundidad del libro, como buen libro de ciencia ficción, se da con la comparación con nuestro mundo real, donde la crítica adquiere todo su sentido. Y como los libros excepcionales, la crítica sigue vigente (o incluso todavía más candente) a día de hoy, casi treinta años después de haber sido escrito.

Para terminar, hay que destacar la calidad de la nueva traducción que presenta la nueva edición de Factoría de las Ideas, un trabajo estupendo de David Luque, y la nota final de John Clute incluida en esta última edición, imprescindible para situar en contexto la obra y el trabajo de Priest.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Los Señores de las Runas, de David Farlad *****

En un mundo de hechiceros y guardianes de la Tierra, de reyes y caballeros ecuánimes, donde brilla el filo de las espadas y abunda la crueldad, de hombres y mujeres que obedecen a sus señores y mueren por ellos, el joven príncipe Gaborn Val Orden de Mystarria, señor de las runas, dotado de la percepción y fuerza recibidas de sus vasallos, viaja para pedir la mano de Iome de Sylvarresta junto con su escudero, cuando descubren a una pareja de asesinos que piensan atacar al padre de la princesa. Corren a avisar al rey y descubren que no solo la familia real está en peligro. Todos los humanos lo están, y para salvarlos, Gaborn deberá aprender a usar sus recién adquiridos poderes.

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 En este blog suelo hablar de las sorpresas y decepciones que se dan cuando uno compra un libro llevado por la curiosidad. Algo tan injustificado como un título sonoro o una portada atractiva son el desencadenante de una compra y una inversión de tiempo muchas veces frustrantes. Pero no ha sido el caso de este libro (saga). No sé por qué lo compré. Sería cosa del título, o de la portada, no consigo recordarlo. Me llevé el libro a casa y… Me enganchó sin más. Tampoco me parecía ninguna maravilla. Un título pasable. Pero de repente nuestro protagonista se enfrenta con gigante surgido del bosque. Y el relato era tan maravilloso, tan vívido, que me caló. Puedo deciros que recuerdo exactamente el momento en el que leía esos párrafos, y no es algo que pueda decir de muchos libros, incluidos aquellos que me gustan mucho. A partir de ese momento me encontraba ya sumergido en el mundo que Farland ha creado para esta saga.
El argumento no es el más original. Ya casi parece que nunca lo serán, ¿verdad? Pero el desarrollo de las ideas de Farland, cómo explica y enriquece este universo lleno de magia y épica, es una delicia. La trama te engancha, los personajes te caen bien, te interesas por ellos y te preocupas por las amenazas que surgen en sus caminos. Eso ya de por sí es todo un mérito: el buen ritmo, la solidez de personajes, la historia emocionante… Pero voy a destacar algo de Farland que ha hecho de la lectura de este primer libro de Los Señores de las Runas algo especial. No me atrevería llamarlo “destellos”, porque me suena peyorativo de alguna manera. Pero los voy a llamar “puntos de interés”. El autor introduce algunos momentos tan épicos, tan acertados en sus descripciones, que incluso parece que el tiempo pasa más despacio para el lector. Os mencionaba esa primera aparición de un gigante, pero existen otros pocos, que salpican el libro y que de alguna manera sirven de punto de inflexión para la trama. No funcionan tanto como “bisagras”, como de vértices de parábolas, esos puntos en los que la historia deja de ir en una dirección para ir en otra, de manera suave y gradual, pero evidente: una huída, la muerte de un hechicero, un duelo a muere o a un ajusticiamiento… Son momentos claves que se quedan en la mente del lector. Hay pocas obras que consigan eso (y estoy hablado obras como el Señor de los Anillos y algunas de sus pasajes más famosos).
Así que lo que tengo que deciros sobre Los Señores de las Runas es poco. Y es bueno. Disfruta este libro, lector. Así, sin más. Una aventura que se lee de un tirón, que es divertida y que está ahí, en las estanterías de las librerías sin hacer mucho ruido y que merece un sitio entre las obras de culto del género.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tierra de Cometas, de Keith Roberts ****

Todos vivimos bajo las cometas.
Cada día, a lo largo de todas las fronteras del Reino, las cometas vuelan para protegerlo del regreso de los demonios. Tras la cometa piloto se lanzan los conos y elevadores, que sostienen el cesto donde los aeronautas, armados con pistolas y libros sagrados, hacen su guardia. Pues ésta es la doctrina de la Iglesia Variante, espina dorsal de la sociedad surgida tras la catástrofe: que los demonios vuelan por el aire y tienen forma de pez, plateados y con aletas, y que de la misma manera que Dios salvó al Reino en su infinita sabiduría, sólo la vigilancia constante impedirá que las Malas Tierras que lo rodean arrojen sobre él su aliento mortífero y los demonios terminen su labor de destrucción. 

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No conocía a Keith Roberts. De vez en cuando me tropezaba con su nombre, y pensaba “tengo que leer algo de este tío”. Así, tras muchas visitas a muchas librerías sin dar con él, gracias a los poderes de la Fuerza, he podido conseguir este libro. Y no era lo que me esperaba. Imaginaba que sería una aventura fantástica, con ciertos toques de steampunk. Una lectura agradable salpicada de ideas estupendas. Y es eso y mucho más. Porque Tierra de Cometas es la historia de un chico que quiere ser aeronauta. Es la historia de una civilización que vivie con miedo a lo desconocido. Una cultura que vive encerrada dentro de sus propias murallas. Una historia tan válida para el mundo de hoy como el de hace veinticinco años, cuando el libro fue escrito.
Todo lo que pueda decir de este libro es bueno: la historia es atractiva, la trama sólida, los personajes carismáticos y cercanos. Todo fluye con naturalidad y es divertido de leer. Es un libro con premios literarios a la espalda y que afianza la trayectoria de un autor hoy ya consagrado. Todo eso ya lo sabrás, todo eso ya lo has podido leer por ahí- Todo es ya lo pone en la solapa del libro. Yo te voy a decir otra cosa, y puede parecer contradictoria con lo que he escrito un poco más arriba, pero es una realidad. A mí me ha pasado y puedo que te pueda pasar también. Es un libro para leerlo de un tirón. Son apenas trescientas páginas: no tengas piedad con ellas. Digo esto porque el más mínimo parón puede generar en el lector una extraño caso de pereza. Digo extraño, porque a pesar de que la saga es interesante y atrapa, el estilo de Richards se hace un poco difícil en ocasiones. El mejor ejemplo que se me ocurre para ilustras este extraño suceso es muy gráfico: querido lector, te encuentras subiendo en bicicleta una empinada cuesta. Pedalear ha perdido sentido como verbo activo y se ha convertido en un esfuerzo que apenas se ve recompensado con el trecho avanzado a cada golpe de pedal. Te pones de pie sobre los pedales y la bici sigue avanzando con exasperante lentitud. Empiezas a hacer “eses” y te planteas bajarte de la bici. Este es el momento crucial: si te bajas de la bici, terminarás llevándola del manillar hasta el final del destino, pero sigues encima de ella, con esfuerzo, llegará a lo alto de la cuesta. No voy a valorar si el esfuerzo te habrá valido la pena o si te sentirás mejor persona y realizado como deportista y artista del pedal. Pero te diré que si en algún momento dejas el libro, ya existen un par de momentos en los que el ritmo baja terriblemente, no quieras luego recuperar tu punto de lectura. Estos bajones de ritmo están justificados, y tienen su importancia para el desarrollo de los personajes. Pero tal vez son demasiado bruscos, y tras algunos pasajes muy intensos, el lector quiere más y el cambio de tercio puede pillarle a contrapié. Tal vez ese exceso priva al libro de cinco estrellitas, pero las estrellitas vienen otorgadas por una valoración personal, y mi valoración personal es que en dos ocasiones me costó retomar la lectura tras esos bruscos cambios de ritmo.
A pesar de eso, como he dicho al principio, no quiero que el único detalle negativo que puedo achacarle al libro y que he destacado para explicar su puntuación (ala baja, aunque no sea baja, ni mucho menos). Es un libro estupendo y recomendable, así que, querido lector, te lo recomiendo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Camino de las Sombras, El Ángel de la Noche 1, de Brent Weeks ****


El asesino perfecto no tiene amigos, sino objetivos.

La muerte es un arte, y Durzo Blint lo ejecuta a la perfección, sea en una callejuela oscura o en las grandes estancias de palacio. Incluso el poderoso Sa'kagé, la organización criminal que mueve los hilos y los intereses en la ciudad de Cenaria, le respeta.


La vida carece de valor si se ha nacido en las calles, y para Azoth la única manera de escapar a la miseria y el miedo que siempre le han acompañado es ser temido antes que temer, matar antes de que le maten. Si quiere sobrevivir, debe convencer a Blint de que le acepte como aprendiz.


Pero aprender a asesinar con el mejor exige más que un duro adiestramiento. Hay que cambiar de identidad. Hay que olvidar el pasado y aquello en que se creía. Hay que aprender a moverse como las sombras en un mundo de intrigas donde nobles, plebeyos y criminales son meras piezas en una partida que acaba de empezar.
Cuando uno se enfrenta a una de estas modas que como un virus llenan las estanterías de las tiendas de fenómenos de todo tipo, hoy vampiros, mañana ángeles, sabe que está condenado a tropezarse sin remedio a algún título de medio pelo que ha sido editado simplemente por el hecho de que en sus páginas aparece uno de estos fenómenos del momento. Tras los vampiros, y los zombies, ahora parece que tocan asesinos. Con una de esas portadas pensadas para atraer al comprador (que no al lector) y una preocupante campaña publicitaria detrás, por esos misterios del destino, llegó a mis manos este libro, que no hubiera comprado por mí mismo. Y que error era ese. Porque EL CAMINO DE LAS SOMBRAS es un libro estupendo. Es cierto que se ha apuntado a la moda de turno, pero también es cierto que está por encima de la media, en lo que a calidad literaria se refiere, de la mayoría de libros de fantasía que se publican (que afortunadamente a día de hoy son muchos). Flaco favor le hace esa portada “a imitación” del ese hoy célebre juego de consola sobre gremios de asesinos, todos con su capucha puesta y su espada al ristre. Y es que esa portada esconde un libro divertido, rápido y lleno de momentos trepidantes. No tiene la profundidad filosófica y moral que tienen otros compañeros de estantería, pero tampoco se lo propone. Más allá de analizar conflictos sociales y de meterse en complicadas (aunque adictivas) tramas conspiratorias, este libro va al grano: acción y acción. Eso no quiere decir que no tenga de todo eso, pero en este caso son partes de la trama que transcurren al fondo del escenario. En otro libro eso podría suponer un problema, pero en este caso sirve de refuerzo para historia de Azoth. Nuestro protagonista es un huérfano, que malvive como ratero en los bajos fondos de una capital de un reino al borde de la guerra. No es el colmo de la originalidad. Para sobrevivir, debe endurecer su, por naturaleza, bondadoso corazón y convertirse en asesino. Para aprender semejante oficio, se pondrá bajo la tutela de Durzo Blint, el mejor y más reconocido profesional del gremio. Tampoco es muy original. Por el camino, aprenderá a usar la espada, conocerá el amor y se verá envuelto en enrevesadas maniobras políticas que precipitarán una guerra para la que nadie está preparado. Tampoco encontramos nada original aquí. Lo original lo aporta Weeks en los detalles, pequeñas cosas que le dan personalidad y solidad al relato, desde lo bien definidos que están los personajes, a la naturaleza mística de los poderes mágicos que usan.

Esos detalles, sumados al buen hacer literario del autor, consiguen que este primer libro de la saga se devore en un par de sesiones de lectura y dejen al lector satisfecho. No es un libro de esos libros que se recordarán con los años, pero sí es un libro bien escrito, tremendamente adictivo, y que no defraudará a nadie. Es ese libro que alguien convertirá algún día en película y del que todo el mundo hablará. Bueno, se han hecho películas de libros mucho peores. EL CAMINO DE LAS SOMBRAS es un texto sólido que ofrece aventuras y fantasía, sin grandes destellos de genialidad, pero con buenos resultados generales. Eso de por sí es ya algo insólitamente bueno.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Tríptico de Trinidad, de Carlos Gardini, ***

“Mi tríptico será imperfecto pero ameno”. Con estas palabras, el esclavo Aguanieve se dispone a narrar su crónica de Trinidad, la ciudad que lo ha subyugado y mutilado.
Un potente y misterioso veneno consume a la Ducásima, la maga y visionaria que vela por las leyes y el alma de Trinidad. El intento de resolver el enigma y conjurar la amenaza anuda a monjes, funcionarios, reclusos, carroñeros, guerreros, místicos y navegantes en una intrincada trama. El populoso claroscuro de Trinidad desfila ante los ojos deformes de Aguanieve: la Pampa del Desamparo, el universo carcelario de la Gema del Olvido, los acordes de la triple ópera, el sórdido Barrio de la Bazofia, el Chajá y su ejército de huesos, la eterna y monótona lucha que libran ángeles y demonios en torno al Eje del Mundo.
Con suma maestría, Carlos Gardini plasma en Tríptico de Trinidad un increíble universo de abigarrada imaginería, un mundo sometido a leyes excéntricas donde sin embargo las constantes humanas permanecen inalterables.

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Tríptico de Trinidad seguramente sea uno de los libros más difíciles de reseñar con los que me he topado. Es un libro tremendamente original, con una estructura y una trama que juega constantemente con el tres en forma y estilo. Es un cuento dentro de otro cuento que está formado por otros cuentos. La premisa es sencilla: la emperatriz ha sido envenenada, y sus consejeros han de encontrar al culpable y restablecer la saludad de la emperatriz, ya que de su vida depende el equilibrio del mundo. Hasta ahí, podríamos estar hablando de “La Historia Interminable”, nada original. Pero si resulta que la Emperatriz ha sido envenenada por una canción y que sus tren consejeros han de enfrentarse a sus propios conflictos internos para resolver el enigma, nos encontramos con una historia realmente interesante.
El mundo en el que transcurre la acción está lleno de magia y parece sólidamente construido. Digo parece, porque sólo el estilo narrativo de Gardini nos convence de que visitamos ciudades antiquísimas, ya que muy poco se nos deja ver de sus gentes y sus calles. Simplemente, el autor nos dice algo y nosotros nos lo creemos, y hay que decir a favor del autor que al lector no le costará nada dar su voto de confianza. El lector pasará por el aro y se dejará llevar, de cuento en cuento, por ciudades presidio, barcos perdidos en el océano que hacen la función de institución psiquiátrica, bajos fondos, mundos dentro de otros mundos y finalmente, el cielo. Todo aderezado por distintas fábulas que tendrán su papel dentro de la trama, con la participación de los personajes y con la del lector mismo.
La apuesta de Gardini es interesante y arriesga. Y en principio, todo le sale bien. Y digo en principio porque según nos acercamos al final, Gardini hace uso de un estilo psicodélico que nada tiene que ver con el resto del libro, que entorpece seriamente la comprensión de ciertos pasajes y que nada aporta a la trama más que el engorro de unos excesos estilísticos torpes. La cosa quedaría ahí si el final no fuera tan decepcionante como previsible. La gran amenaza que se cierne sobre el reino no es más que humo. Nada que no se solucione en un par de páginas o lo que es lo mismo, en “dos patadas”. El destino de los protagonistas se ve venir, aunque el lector albergue la esperanza de encontrarse con un giro de acontecimientos que nunca llega y que hace de la lectura de los últimos capítulos un farragoso tedio.
Para terminar, tengo que advertir a quien lea esta reseña, que todas las críticas que he leído sobre este mismo libro dicen maravillas de él y se de su autor. Lastimas que yo no he sido capaz de encontrarlas.

sábado, 27 de noviembre de 2010

El Pozo de Ascensión: Nacidos de la Bruma 2, de Brandon Sanderson *****

Durante los últimos mil años, han caído las cenizas y nada florece. Durante mil años, los skaa han sido esclavizados y han vivido sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años, el Lord Legislador ha reinado con un poder absoluto gracias al terror y a su divina invencibilidad por la poderosa magia de la "alomancia".


Pero vencer y matar al Lord Legislador fue la parte sencilla. El verdadero desafío lo constituirá sobrevivir a las consecuencias de su caída. Tomar el poder tal vez resultó fácil, pero ¿qué ocurre después?, ¿cómo se usa el poder? Una amena reflexión sobre estrategia política y religiosa en el marco de una aventura épica con luchas estilo kung fu gracias a los siempre misteriosos poderes de la alomancia…

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La primera entrega de esta saga me dejó deslumbrado. Las expectativas al acometer ese segundo libro eran tan altas que tenía claro que por algún lado me iba a defraudar. Y la verdad, es que no me equivoqué: el primer libro me gustó más. Me sorprendió tanto y tan gratamente, que era muy difícil que esta continuación me gustara más. ¿quiere eso decir que es un libro flojo?. I mucho menos, es un cinco estrellas por méritos propios. Y digo por méritos propios porque en su calidad de continuación es lo que El Imperio Contraataca es a Star Wars. En el primer libro los buenos ganaron. Pero ganaron la primera batalla, todavía que da un imperio ahí fuera. En concreto, dentro de la trama de Nacidos de la Bruma, nuestra protagonista Vin y sus amigos acaban de dar un golpe e estado en la capital y de establecerse en la capital. Pero todavía quedan muchos aliados políticos del lord legislador dispuestos a recuperar el poder, así como carroñeros que van a aprovechar este momento de inestabilidad para dar su propio golpe de mano. Liberar a los esclavos es un bello ideal, pero reconstruir una sociedad y una economía que dependía de la esclavitud no va ser nada fácil. A esos problemas prácticos, y esqueleto sobre el que se arma la historia hay que añadirle la tramas personales que Sanderson maneja con tan buen tino. Vin debe empezar a aceptar su papel de liberadora, de heroína, de luchadora… Y de prometida del nuevo gobernador. Éste, Elend, debe enfrentarse a su padre, máximo exponente de los resto del antiguo régimen y dispuesto a sacrificar a su propio hijo para recuperar el poder y la gloria. Además, todavía existen misteriosas tramas que van a complicar todavía un poco más la situación y que van a convertirse, de cara al final de la saga, en el elemento principal de la historia. ¿qué es exactamente la alomancia?. Todavía existe un gran peligro oculto que está íntimamente ligado a los poderes de Vin.
Sanderson ha vuelto a escribir un libro maravilloso: es divertido, es ágil, es original, es interesante y reflexivo. Y está terriblemente bien escrito. Es difícil destacar un aspecto sólo del estilo de Sanderson porque sería hacer sombra a los demás, y eso no sería justo. Y ese, creo, es precisamente el secreto de la calidad de su libro: que está todo muy bien tejido, las historias personales se mezclan bien con la trama, los personajes principales son maravillosos, pero los secundarios, aunque aparezcan en muchas menos página, no dejan de ser nunca interesantes y carismáticos. Las historias románticas se mezclan muy bien con los conflictos personales, las intrigas políticas con la magia y la filosofía.
EL POZO DE ASCENSIÓN es un tocho de casi maravillosas y gloriosas páginas que te dejarán pidiendo más, y más. Un ligo magnífico.

domingo, 31 de octubre de 2010

Mundos, de Joe Haldeman ****

En 2084 casi medio millón de humanos han huido de la polución y la super-población y viven en asteroides huecos encima de la Tierra. Para Marianne O’Hara, que nació y vive en Nueva Nueva York, uno de los muchos mundos orbitales, la posibilidad de asistir a la universidad en el planeta madre es al mismo tiempo aterradora y estimulante. Deja un clima de amor libre, de familias organizadas en matrimonios de tres miembros llamados «triunos», sin armas ni riqueza privadas, para viajar a la vieja Nueva York. Pero las cosas son muy distintas abajo. Proliferan la violencia, el malestar y el fanatismo político, y mezclarse con la gente equivocada puede tener consecuencias serias y siniestras... capaces incluso de destruir los Mundos.

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Me encanta Haldeman. La saga de la Guerra Inerminable me parece imprescindible. Así que cuando de la mano de La Factoría de las Ideas me puedo iniciar en una nueva saga de esta autor, pues me siento feliz. Eso supone el problema de que llegada la hora de sopesar las bondades y defectos del libro, sea demasiado complaciente. Y ese pensamiento tal vez suponga el problema de querer compensar esa afinidad inicial con una excesiva rigurosidad, siendo injusto con el libro. El caso es que el libro me ha gustado mucho, aunque no es tan bueno como podría esperarse de este autor. O bien, es un libro bastante bueno, llego de pequeñas genialidades, pero que tampoco destacaría especialmente si no fuera por la promesa de grandes cosas que encierra.

La sociedad en la que vive la joven O'Hara me parece de las más sinceras con el curso de la historia que se han escrito. Es cierto que es en exceso fantástica, y que tiene el lastre de 20 años de historia a su espalda, pero la sensación de realismo plausible es tremenda. Ya me pasó con La Guerra Interminable. Haldeman tiene un talento muy peculiar para crear universos factibles. Por eso, aunque la trama de la historia es un tanto artificial y ligera (un golpe de estado planetario orquestado por una sociedad secreta) se engrana bien en el escenario general. A través de las vivencias de O'Hara descubriremos una trama que bien podría desarrollarse en el Washington actual. en sí esa historia no es nada especial, pero la escala a la que lo maneja Haldeman le confiere un nuevo matiz que la hace especial. La trama en sí tampoco engancha demasiado, al menos hasta los últimos compases del libro, donde Haldeman se vale de recursos narrativo un tanto tramposos (capítulos muy cortos con cliffhanger). Es al involucrar personalmente a su protagonista cunado el autor consigue que el lector lea compulsivamente una página tras otra. La simpatía que en el lector despierta O'Hara es enorme. A pesar de todas sus particularidades y de los especial de su entorno, la sensación de normalidad, de realismo, es inevitable. Y eso es todo éxito si tenemos en cuenta las diferencias culturales de nuestro mundo y el creado para O'Hara. Seguramente ese sea el secreto de Haldeman: con un escenario sólido y un protagonista verídico, puede contarnos lo que sea, por muy fantástico que sea, ya que será el lector quien dote de realidad a lo que asa página tras página.

Las dos únicas pegas que se le pueden poner al libro son, aunque importantes, perdonables si tenemos en cuenta la calidad del libro y los precedentes del autor. Por un lado, la novela pierde un poco el ritmo llegando al final, ya que deja el camino preparado para su continuación (Mundos Aparte). Por otro lado, esa última parte del libro me parece tan apresurado y traicionero (por aquello de plantear nuevas e interesantes situaciones, giros inesperados que sólo podrán explicarse en otro libro posterior) que incluso me invita a pensar que esas páginas podrían haber sido redactadas por otra persona. Esa sensación seguro que tiene que ver con la frustración que supone, como lector que la historia que tanto te está gustando continúa en otro libro y que eso supone esperar a su publicación.
Afortunadamente, siendo libros publicados originalmente hace treinta años no supone un gran problema, pero aún así... La frustración está ahí.


Mundos es un titulazo. Una historia futurista de conspiraciones que enganchará a todo aquel que empiece a leerlo. Será difícil no enamorarse, aunque sólo sea un poco, de su protagonista.

domingo, 3 de octubre de 2010

Las Monarquías de Dios: Los Reyes Héreticos, de Paul Kearney *****

Año del Santo de 551. Un cisma divide a las naciones ramusianas de Normannia. A un lado, los monarcas que respaldan al sumo pontífice Macrobius, dado por muerto en la caída de la ciudad santa de Aekir pero milagrosamente reaparecido. Al otro, los reyes que han ligado su suerte a la de Himerius, un prelado ambicioso que planea convertir a la Iglesia en un imperio secular.
Para el rey Abeleyn de Hebrion, el cisma no es una mera cuestión teológica, sino una dolorosa realidad bélica: en su capital, Abrusio, los Caballeros Militantes, el brazo armado de la Iglesia, libran un combate abierto contra la armada y el ejército hebrioneses, que siguen fieles a su rey. Pero, ¿cuánto durará su fidelidad una vez sepan que Abeleyn ha sido excomulgado?
Entre tanto, el periplo del capitán Richard Hawkwood y su cargamento de magos exiliados ha culminado con éxito. Ahora se preparan para la exploración de las junglas del Continente Occidental, una arriesgada aventura que arrojará luz sobre el pasado de Normannia y sus vínculos con el nuevo mundo.
Y en la ciudad monasterio de Charibon, en pleno corazón de la Iglesia, dos monjes realizan un descubrimiento que podría conmover los cimientos de la fe... si es que viven para darlo a conocer.
Los Reyes Heréticos es uno de esos libros dentro de las sagas cuya función no es la de ir atando cabos y solucionando situaciones, si no complicar las existentes y presentar algunas nuevas. El libro empieza a continuación del anterior, como si saltáramos de un capítulo a otro y no de un libro a otro. Y dado que el anterior nos gustó tanto, nos parece fenomenal. De hecho, nos parece mejor porque el estilo de Kearny es más sólido y contundente. En el libro anterior se recreaba demasiado en algunos detalles lastrando las acciones, pero en esta ocasión pone toda l carne en el asador y la trama es un tsunami de emociones. Es una guerra abierta en cuatro frentes,  cada uno con diferentes protagonistas.
Corfe, nuestro desertor veterano que por caprichos del destino se verá envuelto en las tramas de la corte y terminará capitaneando a un grupo de salvajes destinados a una misión suicida. Sus capítulo son los que tal vez más he disfrutado. No sólo el personaje es carismático a más no poder, también se ve en vuelto en algunos de los momentos más épicos de la novela.
Pero si queremos Épica, las partes dedicadas al Rey Abeleyn serán nuestro plato fuerte Recuperar su reino, que le considera un hereje y que está bajo el gonierno de sus enemigos políticos y de la rama más peligrosa de la Iglesia aportan las todas las dosis de batallas, guerrillas y escaramuzas navales como para hacer del libro que necesita el libro.
Hankwood, protagonista de gran importancia en el primer libro, llega a su destino en éste. Alcanza las costas de un desconocido continente, y lo que descubrirá allí cambiará el mundo para siempre. Esta parte está llena de aventura y misterios.
Y si lo que queremos es misterios, dos nuevos personajes, Albrec y Avila, será los encargados de mostrarnos los engranajes que chirrían tras el telón de fondo de la historia. Las investigaciones de estos dos monjes empezará a dibujar el gran plan que espera a todos los habitantes del mundo: engaños, conspiraciones y poderes ocultos para tenernos pegados al libro.
Además de estas cuatro importante partes del libro, que se irán mezclando unas con otras para no darnos ni un segundo de respiro, el libro está salpicado por la aparición de otros personajes, más secundarios, que irán dándonos pistas de lo que ocurrirá más adelante, y esperemos que sea pronto.
Kearney ha mejorado notablemente su estilo, y todo aquello que podíamos achacarle de malo en El Viaje de Hankwood (si es que había algo) ha desaparecido. La narración es sólidas, los personajes están bien construidos, las ideas son originales y las situaciones están bien resueltas. Es cierto que de vez en cuando aparece algún personaje un tanto plano, pero suelen ser aportaciones esporádicas y sin mayor importancia que la de hacer avanzar la trama.
Una saga imprescindible. Sobran las comparaciones, el libro se defiende por sí mismo.

Metropol, de Walter Jon Williams ***

El mundo ha sido cubierto por una barrera que impide a la humanidad salir al espacio. Con el paso del tiempo, toda la Tierra se urbaniza hasta que la complejidad de las edificaciones superpuestas da lugar a la creación espontánea de energía geomántica: el plasma. Con plasma, todo es posible, y por ello es la posesión más codiciada. Una excelente mezcla de novela negra y ciencia-ficción.
Metropol es el tipo de libro que me gusta. Es de esos libros que mezclan géneros, es una novela negra disfrazada de ciencia ficción donde los conceptos que se manejan son mágicos (o “espirituales” en el mejor de los casos). La historia comienza con una enorme mujer de fiego que avanza entre los rascacielos de una gran ciudad futurista. Y a partir de ahí, y mientras acompañamos a Aiah, la funcionaria destinada a investigar este tipo de sucesos.
El escenario presentado por Williams es sólido y original, un mundo futuro donde las corporaciones ejercen monopolios sobre el plasma, la energía generada por el universo y que es el eje de la economía mundial.
Así tenemos una investigación, una conspiración, magia, ciencia ficción y un mundo fantástico para que se desarrolle nuestra historia. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que Williams es un narrador torpe en ocasiones. El libro es tremendamente interesante, pero inexplicablemente sufre enorme bajadas de ritmo y de interés (y de la calidad) de vez en cuando. Es algo sorprendente si tenemos en cuenta la calidad de este autor, todo un veterano (y un referente) en todo tipo de géneros fantásticos y de ciencia ficción.
En cualquier caso, el trabajo de Williams está muy por encima de la media de las novelas del genero y tal vez le juzgue con demasiada dureza por ser un escritor ya consagrado y al que me veo obligado a exigir cada vez más (aunque se trata de un libro escrito hace ya quince años). El libro se lee de un tirón si no se le da demasiada importancia a ese par de ralentizaciones y seguro que gusta, y mucho, a todo tipo de lectores, a los que acudan a él desde la fantasía y a lso que lo hagan desde la ciencia ficción. Y a los de la novela negra, porque en realidad, es de lo que trata la trama, alejada de gestas épicas aunque en ciertos puntos los acontecimientos sean deslumbrantes. Incluso la protagonista, Aiah, es el tipo de protagonista gris  que toda novela negra debería tener. En cuanto se resca un poco sobre su superficie, encontramos unos rasgos de profundidad que no desentonan con la naturalidad con el que el personaje está desarrollado. La humanidad que Williams le da a su protagonista llama la atención por la sencillez con la que se va produciendo la identificación con el lector.
Un libro recomendable, especialmente por la mezcla de géneros.

Kimismo: La Odisea del último Kiyama, de Elisa Cotarelo ***



El ingeniero Samuel Kiyama es un hombre soltero, que vive en Madrid y lleva una vida ordenada y aburrida. Sin embargo, tras la trágica muerte de sus padres en un accidente, descubre el terrible secreto familiar, que dará un giro radical a su existencia y la convertirá en una odisea plagada de incertidumbres y extraños acontecimientos.Samuel destapa la trama ideada por sus padres para ocultarle la verdad sobre su procedencia. En realidad, sus padres y él descienden de un grupo de extraterrestres que llegaron a la Tierra hace 300 años, huyendo de la invasión de su planeta.
Una extraña fuerza lo guiará hacia un recóndito pueblo de Kenia, donde habita su último pariente, el anciano jefe de una tribu, quien le revela que Samuel es el único superviviente de la estirpe Kiyama, la más poderosa de la galaxia, y le encomienda la misión de reconquistar Kimismo, el planeta perdido. Para conseguirlo, le proporcionará los medios necesarios para regresar a través de un túnel del tiempo en el espacio, utilizando los sofisticados artilugios que han permanecido ocultos en una vieja choza durante cientos de años. En Kimismo deberá hacer uso de toda su astucia y de sus poderes para sobrevivir en un mundo dominado por el todopoderoso Altrus y su ejército de clones, y responder a las expectativas de los kimismanos, que han visto en él a su libertador.


Este libro es algo especial. Es un libro primerizo. La primera historia de una autora que ha decidido autopublicarse. Con lo que eso supone, de esfuerzo, de riesgo. Es una novela juvenil que transcurre en Madrid, y que salta de un barrio a otro de esta ciudad que nos es tan cercana (o por lo menos, más cercana que Nueva York o que Invernalia). También es una novela juvenil que tiene más de ciencia ficción que de fantasía. Y un libro que supone un gran esfuerzo por parte de Elisa Cotarelo para que llegue a la calle. Su interés por compartir esta historia es enorme.
La trama nos va a llevar de España a Kenia y de ahí a reconquistar un planeta perdido en la Galaxia. El libro nos va recordar a otras grandes historias, desde Harry Potter a Star Wars, pero contado con una sensibilidad y una sencillez que encantará a los lectores más jóvenes. Enseguida se conecta con los personajes, en concreto con nuestro protagonista, Samuel, último de una extirpe de poderosos seres que se verá destinado a derrotar a un imperio galáctico.
El libro se disfruta y termina en unos días, pero serán unos días bien aprovechados. Tal vez a los lectores más veteranos les resulte una lectura cándida pero es un libro fantástico para enganchar a lectores jóvenes. Será un regalo estupendo para hijos, sobrinos y demás peques. Pero atención, no lo vas a encontrar en tiendas. Por favor, visita la página web www.kimismo.com y encarga su propio ejemplar. Los precios son muy asequibles y estarás ayudando a una escritora muy prometedora.
Desde el blog, te deseo la mejor suerte del mundo Elisa.
 


jueves, 19 de agosto de 2010

Diario de una invasión zombie, de J. L. Bourne *

Cuando los muertos vivientes invaden la tierra, huir es la única salida Una epidemia desconocida arrasa el planeta.

En Estados Unidos, un marine desertor empieza un diario desde el sótano de su casa, convertida en
búnker, en el que nos relata sus problemas para resistirse a los muertos vivientes que parecen haber invadido por completo el país y el mundo. Pero no hay lugar seguro y, en seguida, tiene que emprender una huída sin rumbo, por tierra, mar y aire, siempre medio paso por delante de los muertos vivientes que amenazan con devorarlo y convertirlo en uno de ellos.

www.scyla.es

"Si el círculo se cierra, ¿sabrías qué hacer. ¿Sabrías actuar como un profesional?" Seguramente ya sepas muchas cosas de este libro, porque en su momento, se le hizo bastante publicidad a la aparición de los relatos originales en internet, y ahora se está apoyando mucho el lanzamiento del libro. Y la verdad es que me apetecía probar, a pesar de que suelo huir de las modas  que cada pocos meses llenan las estanterías de las librerías. Supongo que nadie se sorprenderá si digo que este libro me parece malo. Muy malo.

El libro se podría etiquetar como un "Soy Leyenda" mal escrito por un paramilitar norteamericano. O tal vez un veterano de la guerra del Golfo que al volver a casa quiere volcar todas sus sombrías emociones en una historia de zombies. Imagino que es más barato que un terapeuta. El caso es que todo lo que hacía grande a "Soy Leyenda" , el libro, no la película (un hombre solo contra el mundo y un final magistral) aquí se desvirtúa en un guión para una película de "Chuck Norris contra los Zombies". Lo peor, es que no sería una peli de cachondeo (como se podría pensar por el título), si no que tanto Chuck como el equipo de rodaje y producción se lo tomaría muy en serios. Incluso se sentirían defraudados y decepcionados al no recibir ningún Oscar. Pero vuelvo a la idea principal: el libro es malo.

El estilo es ramplón, y la historia predecible, incluso para ser un libro de zombies. Pero es que el libro resulta ofensivo a la inteligencia del lector en algunos momentos. El protagonista es un piloto de las fuerzas aéreas que de pronto se ve rodeado de infectados (que ahora los zombies son eso, infectados). Y debe de ser el piloto más listo, mejor preparado y con más contactos del mundo, porque en menos de quince días, y mientras el mundo se desmorona a su alrededor, él es capaz ver en las noticias la información que los gobiernos del mundo nos ocultan y que nadie más puede ver, de montar un auténtico fuerte en su casa y conseguirse un arsenal de lo más apañado. Y a partir de aquí, una "Ramabada" detrás de otra. Incosistente es poco, pero es que además el protagonista es desagradable como pocos. Es un tipo que cae mal. No quieres darle ni el protagonismo de morir en las páginas del libro. Sólo quieres que desaparezca.

Se puude decir una cosa a favor del libro. Sí, en serio, tiene una cosa buena: es muy adictivo. Te lo lees en una tarde, aunque sólo sea porque pasas la páginas con tal indignación que buscando una excusa para tirarlo por la venta. Pues ni esa satisfacción.

Como en los casos de emergencia zombie, si te encuentras este libro en una librería, dispara a la cabeza. Si estás desarmado, simplemente huye corriendo.

lunes, 16 de agosto de 2010

La Conspiración del Lobo Rojo, de Robert V. S. Redick **

La conspiración del Lobo Rojo es el primer libro de la trilogía El viaje del Chathrand. Relata la historia de un viaje mágico y de la desaparición en el mar del barco más poderoso de la flota del imperio Arqual con todos sus pasajeros. Pazel, un humilde muchacho que tiene el don, o la maldición, de entender todas las lenguas; Thasha, la hija de un embajador, condenada a ser una baza en el tratado de paz entre dos imperios; el brutal capitán Rose; el espía Sandor Ott y sus asesinos. Y abajo, entre las ratas inteligentes, ocultos, los temidos ixchel y los espíritus atrapados en las cuadernas. Ésta es su historia.

www.alianzaeditorial.es

Si sigues este blog, ya sabes que me gustan las historias llevas de aventuras, viajes y descubrimientos. Cuando en el libro aparece un viaje a través de mares desconocidos hacia destino incierto, tiene muchas posibilidades de llevarse algún punto extra. Si eso ocurre con "La Conspiración del Lobo Rojo", entonces es que le falta chicha por algún otro lado, porque este libro a pesar de tener una premisa que apriori me parece fascinante, el libro me parece flojillo.


Si partimos de una idea tan atractiva como la de un gran barco que desaparece sin dejar rastro y de la organización de una gran expedición, nada podría llamarme más atención. Pero melas prometía muy felices, ya que ese espíritu de aventura que espera encontrar entre estas páginas se ve lastrado por un montón de ideas, que casi parecen ajenas a este libro. es como si el autor tubiera ideas para dos o tres historias diferentes, pero que pensase que si sólo iba a poder escribir un libro, lo mejor sería juntar todas lo mejor posible. Ese lo mejor posible no ha sido suficiente como para que el lector no se sienta mareado. En un momento estás leyendo las aventuras de un pequeño grumete y sus peripecias en un barco, y en el siguiente estás leyendo las desventuras de un grupo de pequeños seres tribales que tratan de subirse a un barco. No tengo problemas con la mezcla de ideas y de géneros, pero cuando unas ideas entorpecen a las otras, me parece que es un error pensar que una trama se apoya en la otra, cuando lo que en realidad ocurre es que evitan el normal desarrollo de las mismas. Y es una pena, porque como decía, y la idea sobre la que se estructura el libro (la saga) es de lo más seductora, pero se ve tristemente diluida.


El estilo de V. S. Redick es irregular, e igual que la trama viene y va de un concepto a otro, de un misterio a una cospiración, el estilo varia, de sobrio y elegante, maduro e intismista (en los momento en los que el joven Pazel es el motor de la acción) a ser fantástico, exagera y por momentos, infantil (esa tribu de ixchels, que con demasiada frecuencia me hacía pensar en "Los Diminutos" o "Los Borrowers"). Ese vaivén me sacaba constantemente de la historia. Y como digo, es una lástima. No sé cómo evolucionará el la trama en próximas entregas, pero en este libro hay una serie de elementos que son totalmente prescindibles y que sólo entorpecen el disfrute de aquéllas partes del libro más brillantes.

Existe, para rematar, una muletilla terrible, que creo que es un terrible defecto demasiado extendido en el género. Lo que yo llamo "Síndrome del destornillador Mágico", y que consiste en una solución mágica para la trama que ha sido dada de antemano. El protagonista, en su infancia, es bendecido con un hechizoque le permite entender todos los idiomas del mundo. No será ninguna sorpresa que ese don le será de gran utilidad en sus viajes. si hubiera sido bendecido con un destornillador mágico, nuestro joven protagonistas se pasaría media saga habriendo puertas. O peor, en el momento álgido de la narración, se encontraría con una gran puerta mágica que nadie puede abrir, momento preciso en el que recordará que durante más de diez años ha llevado en el bolsillo el, hasta ese momento, inútil destornillador mágico que su madre moribunda le legó antes de morir. Terrible, verdad. Si eres el protagonista de una historia de fantasía y tu mentor antes de morir te lega una misteriosa cajita, no debes temer por nada, tienes la vida resuelta: todo consiste en barir la cajita en el momento adecuado.


Así, la poca profundización en las ideas, la mezcla de ideas pocas trabajadas y el estilo irregular hacen de "La Conspiración del Lobo Rojo" uno de esos tochetes que terminan siendo un ejercico de lectura diagonal a partir del primer tercio de las páginas. A pesar de lo dicho, tengo interés en saber cómo va a evolucionar el autor las situacione sy los personajes. Por ver, más que nada, cómo sale de ésta.

viernes, 13 de agosto de 2010

Conan el cinmmerio 1, de Robert E. Howard *****

Conan es uno de los héroes más grandes jamás inventados: el bárbaro cimmerio que con su espada se abre camino a través de las tierras de la Edad Hiboria y que se enfrenta a poderosos hechiceros, a criaturas mortíferas y a ejércitos de ladrones y malvados.
En una carrera meteórica que abarcó doce años hasta su trágico suicidio, Robert E. Howard inventó el género que luego se denominó fantasía heroica y del que Conan sigue siendo el máximo exponente. En este volumen, profusamente ilustrado por Mark Schultz, aparecen los primeros siete relatos de Conan en sus versiones originales y en el orden en que Howard los escribió.
Además, se incluye material inédito, como la primera versión del relato El fénix en la espada o los mapas que el autor dibujó para crear el mundo de la Edad Hiboria.
Una ocasión única para disfrutar del talento de un genio literario cuyo estilo ha sido imitado por muchos, sin que ninguno llegara a igualarlo. 


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Leo libros de fantasía por títulos como éste. No sólo porque su publicación y su estilo, sus ideas, son las que han delimitado el genero durante los muchos años que han pasado desde su publicación, si no porque libros como estos son lo que crean lectores, y los que hacen que existamos amantes del género.

Los relatos de Conan son maravillas "pulp", relatos fantásticos sencillos, trabajos alimenticios para su autor en la mayoría de las ocasiones, pero tan empapados de la personalidad del escritor que encierran entre sus palabras una energía, una angustia tan fuerte que los hace brillar sobre el resto de relatos. Lo hicieron en su época (1932) y lo hacen ahora. Ojalá se escribieran en estos momentos historias tan buenas como éstas. Son sólidas, son divertidas y tienen un algo más encantador. Es cierto que algunas veces pecan de inocentes o ridículas: la temible capitana pirata, nada más contemplar a Conan cae a sus pies (perdiendo en el acto las pocas sedas que la vestían) seducida por su energía irresistible y suplica al bárbaro que la tome y la haga suya. Hombre, pues sí que es un poco naif pero Howard tenía que comer, y hay un viejo lema editorial, escrito con letras de oro en los despachos de todos los directores editoriales del mundo que reza así: "Si quieres vender ejemplares, pon dos tetas en la portada". Es una regla infalible (en serio, conozco el negocio, hablo de cifras reales). Así que Howard le daba a su editor lo que pedía. De propina, nos dejaba brutales combates, alguna que otra criatura elemental y primigenia (como las de su amigo Lovecraft) y siempre, una ácida reflexión política y social.

"¿Cómo, Conan hace reflexiones políticas y sociales?". bueno, pues no, Conan de por sí es un pensador bastante limitado: hace lo que cree que debe hacer, y si eso implica partir a alguien pro la mitad con su gran espada (que es casi siempre), pues lo hace. Pero Conan, por lo menos en estos libros, tiene un pliegue que a primera vista puede no resultar evidente. Conan es un bárbaro, que en la era híbora es lo más parecido a un disidente o a un anarquista. Y es que Conan odia la civilización, porque Conan sabe que hay otra manera de hacer las cosas, una manera justa y humana, donde cada hombre vale lo que demuestra valer. Conan cree que otro mundo es posible. No es que tampoco tenga un gran interés en cambiarlo, pero si ese mundo civilizado se cruza en su camino, hará todo lo posible por reconstruirlo (tras destruirlo, evidentemente) respecto a lo que cree que es justo. Es un principio muy tosco, pero es un princpio: es el "yes we can" de los relatos de espada y brujería.

El Conan de los libros sorprenderá a muchos lectores que conozcan al personaje sólo por los cómics o las películas, mucho más arquetípico y plano. Los relatos de Howard nos presentan un mosaico de aventuras, desordenadas cronológicamente, que nos van a ir formando el puzzle que es Conan. Cada relato, una pieza: un temerario joven Conan ladrón, un maduro rey Conan sabio y reflexivo, un desilusionado y conflictivo Conan mercenario… Hay muchos "Conan", pero son todo el mismo. Es una experiencia muy divertida leer cómo Conan huye de la justicia en un relato, para en el siguiente encontrarse a un Conan aviejado que lucha por evitar que el reino que tantos años (y litros de sangre) le ha costado conquistar se destruya en una guerra civil. Conan tiene contrastes, sobras, evoluciona y es cada vez más profundo, según lo vemos en perspectiva.

La edición de Timun Mas es estupenda. Recoje sigueindo sus fechas de publicación todos los relatos de Howard, sin versiones posteriores alteradas ni revisiones. Puro Howard. Además incluye las EXCELENTES ilustraciones de Mark Schultz y todo, en unos cómodos libros de algo más de 300 páginas al asequible precio de 12€.

Más que imprescindible, inevitable.

sábado, 7 de agosto de 2010

La Flota Perdida 1: Intrépido, de Jack Campbell *

Las hazañas legendarias del capitán John Black Jack Geary son bien conocidas por todos. Reverenciado por su forma de resistir heroicamente durante los primeros días de la guerra, se pensaba que había muerto. Sin embargo, un siglo después, Geary regresa milagrosamente después de superar su periodo de hibernación, y acepta a regañadientes tomar el mando de la flota de la Alianza en un momento en el que los síndicos amenazan con aniquilarla. Aunque le abruma toda la parafernalia de héroe que hay montada a su alrededor, Geary sigue siendo un hombre comprometido con su deber. Sin embargo, para ganar esta guerra, tendrá que estar a la altura de la heroica leyenda de Black Jack.

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 Rollazo. Así de sencillo. Cartón piedra allá donde mires. Y cuidado donde pisas, que está hueco. Un horror. Y más de uno me dirá que si soy muy duro o que no tengo ni idea. Seguramente tenga razón. Pero seguramente ese lector no se ha aburrido tantísimo como yo leyendo este libro.

A mí me gusta tanto como a cualquiera ver a la flota estelar desplegarse por el cosmos, o una buena batalla con las baterías de turbo-láseres funcionando a pleno rendimiento. Pero no soporto esas historias de héroe torturado que carga sobre sus hombros con el destino de la humanidad sin quererlo. ¿Y héroe por qué? El bueno de Jack Campbell nos presenta a su protagonista John "black" Jack y nos dice: "este tipo es un héroe". ¿Por qué? Porque es su libro y lo escribe como quiere y si él te dice que es un héroe, es que lo es. "Llevo medio libro y todavía no le he visto hacer nada heroico", podrían decir alguno de sus lectores. Y Jack le respondería que un héroe no necesita de grandes hazañas, sino estar ahí cuando se le necesita. Aunque el libro empieza así: "El héroe se despierta en medio de una crisis y todo el mundo recurre a él porque es un héroe". O alguna otra respuesta que echase balones fuera, pero que dejase muy claro que sí, que el protagonista es un héroe porque es su libro y él dice que el protagonista lo es. "Pues lloriquea mucho para ser un héroe", podría puntualizar  algún otro avispado lector . Y Jack, que se empezaría a poner nervioso, y a sudar, respondería con sonrojo: "¿Héroe?, ¿He dicho héroe?. Quería decir "ANTI-HÉROE", ¿no veis, lectores, que es un héroe que no quiere serlo?". Claro, Sr. Campbell. Lo que usted diga, Sr. Campbell.

Y así, Jack Campbell ha presentado, delimitado y desarrollado casi por completo al protagonista de su libro (y de la saga). Y si te parece que es plano y unidimensional, es que no has conocido al resto del reparto. Te aseguro, querido lector, que has tenido yogures con más personalidad en la nevera que los que ha sabido desarrollar Campbell. Ya no os digo nada de la trama del libro. "Esto son los malos. Son muy malos. Nos quieren destruir. Hay que destruirles a ellos. Porque son malos. ¡Ah! Y Jack es un héroe". Bravo Jack Campbell.

Poco más que decir. Uno de esos libro de "por que sí".
Horrible.

P.D: Por supuesto, es una saga de 6 bestsellers internacionales de tremendo éxito.

domingo, 1 de agosto de 2010

Las Monarquías de Dios 1, El Viaje de Hawkwood, de Paul Kearney *****

Año del Santo de 551. Normannia es un continente dividido. En oriente, las noticias no pueden ser peores: la ciudad de Aekir, centro espiritual de las Monarquías de Dios, ha caído ante los embates del sultán de Ostrabar y sus feroces merduk. El legendario comandante John Mogen ha perecido en la defensa, y el sumo pontífice de la fe ramusiana ha desaparecido y se presume que también ha muerto. Ahora sólo queda reagrupar a las fuerzas defensivas desbandadas, y elegir el lugar donde presentar la última resistencia.
Mientras, en el otro extremo del continente, la represión religiosa de la orden inceptina siembra el terror en el próspero reino marítimo de Hebrion. Sus víctimas: aquéllos que practican las artes mágicas del dweomer o, simplemente, son extranjeros sospechosos de desafecto hacia la verdadera fe. En medio de este caos surge la figura de Richard Hawkwood, un experto marino curtido en mil travesías y elegido por el rey de Hebrion para capitanear una misión inaudita: navegar hacia el extremo oeste del mundo, en busca del fabuloso continente occidental, con un cargamento de magos exiliados a bordo. El viaje promete ser inolvidable. 

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El editor promete "un viaje inolvidable". Y desde luego yo no lo voy a olvidar en bastante tiempo. Qué buen trabajo el de Paul Kearny. Lástima que este autor, que ya podemos considerar un veterano, sea casi un desconocido en nuestras librerías. Me acerqué al libro cuando me enteré que, además de la fantasía y las batallitas típicas del género, una parte fundamental del libro se dedicaba a un gran viaje de exploración en busca de nuevas tierras cruzando un océano desconocido e insondable. Me gustan este tipo de aventuras, así que desde el mismo momento en el que pagué y salí de la tienda, asumí que seguramente me defraudaría y que no colmaría mis espectativas. Bueno, ahí arriba están mis cinco estrellas, así que es evidente que las ha superado.


La historia comienza con un poco prometedor misterio, fruto de la ecuación "barco misterioso llega a puerto + tripulación muerta + monstruo en la bodega". Apenas unas páginas que me hicieron pensar en lo peor. El caso es que me dejé llevar, por aquello de que me parecía pronto para juzgar, y cuando me quise dar cuenta me encontraba leyendo sobre cinco reinos invadidos y una cruzada religiosa contra la magia. Y todo ello con sus batallas, sus sacerdotes arteros, sus refugiados y demás complementos, sin darme apenas cuenta, ya que Kearny nos lleva de la mano de un sitio a otro presentándonos personajes de esos que nos gustan: humanos, carismáticos y muy reales, con sus luces y sus sombras.


Y es que Paul Kearny escribe con fluidez, con naturalidad, y hace gala de un estilo descriptivo y narrativo sencillo y eficaz. Te atrapa, no lo puedo describir de otra manera más que como una trampa: vas leyendo y cuando te quieres dar cuenta, has pasado la tarde pegado a sus páginas y ya llevas medio libro. Y no es tarea fácil, porque te estás adentrando en un mundo lleno, vivo, con miles de años de historia a su espalda, con monarcas desaparecidos, civilizaciones y culturas. Estructuras de poder complejas, mapas sociales llenos de ramificaciones y un esquema general lleno de detalles. Todo esto lo asimilamos sin darnos cuenta mientras paseamos por pasillos de palacio, asistimos a asaltos de ciudades amuralladas o visitamos puertos marítimos. Cuando el lector termine el libro será un especialista en historia antigua y en sociopolítica de los cinco reinos que forman "las monarquías de Dios" y no se habrá dado cuenta de cuándo ha realizado el máster. 
Los personajes, como decía anteriormente, son profundos y poderosos. Todos tienen un algo especial que los hace atractivos. Saltar de uno a otro a través del texto es algo maravilloso. No puedo decidir todavía si tengo alguno preferido. Todos me parecen estupendos, cada uno en su singularidad.

Es un texto que devoras tanto por lo que está escrito como por cómo está escrito.
Y es que la historia, aunque de primeras nos suene de otros cientos de libros, tiene un toque personal. Siempre hay una inavasión a un reino,  siempre hay algún poder en la sombra y siempre hay un poder arcano esperando el momento para volver. Pero no son como los de "Las Monarquías de Dios". Y es que en este libro son un poco más reales que en otros libros y están mezclados con más elegancia. En conclusión, no es la típica historia de "voy a contar una guerra entre dos territorios, pero le voy a meter magos de por medio que siempre mola mucho". Aquí cada pieza tiene su función y engrana con las otras sin solaparse; hay magos, sí, pero ellos tienen que ver con problemas de religión y éstos con la situación política, y está se ve afectada por otro elemento, y éste por otro, y el último de nuevo por el primero, que son estos magos sencillamente excepcionales. Y es que aquí la magia parece algo bastante anecdótico debido al poco uso que Kearny hace de ella, pero que mirado en perspectiva dentro del conjunto de la obra es fundamental. En cualquier caso, la magia es sólo un ejemplo, podría hablaros de las técnicas de asalto a una ciudad amurallada o de cómo se ha de gobernar un barco durante una tormenta en alta mar (magistrales los conocimientos que el autor demuestra sobre navegación y construcción de barcos). Éste es un universo compacto, bien construido y sólido, que en próximos libros seguro que florece de una manera magnífica.

Y eso es lo que quiero: próximos libros. Y si esta saga está a la altura de su primera entrega, más sagas de este autor.

domingo, 25 de julio de 2010

Tigana, de Gavriel Kay ***

Tigana es la historia de un país asediado luchando por su libertad, el relato épico de un pueblo que sufre una maldición terrible impuesta por las artes oscuras del tiránico y cruel rey Brandin.

Ahora, años después de que su cultura fuese eliminada y su tierra arrasada, un puñado de valientes hombres y mujeres pone en marcha una peligrosa cruzada con el fin de derrocar a sus conquistadores.

Con el trasfondo de un mundo a la vez sensual y bárbaro, esta novela sobre gente apasionada persiguiendo un sueño resulta sobrecogedora por su visión, y ha cambiado para siempre los límites de la ficción fantástica. 


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Sí, pero... Ésta es una reseña difícil. Tigana es un buen libro. Es un libro estupendo. Es un libro que hará disfrutar a mucha gente. Pero también es un libro que se me ha hecho, por momentos, cansado. Tigana pone en movimiento un buen número de engranajes, de forma precisa, pero los hace girar en un medio denso, que personalmente, creo que ralentiza el avance de la historia, lastrando una premisa estupenda y unos personajes, simplemente maravillosos.

Kay construye un mundo fantástico, nuevo y fascinante, lleno de detalles, mitos y tradiciones, y nos lo presenta como algo antiguo, rico y vivo. El lector se encontrará como leyendo una novela histórica y no un libro de fantasía. El realismo, y sobre todo, la naturalidad con la que describe este mundo es, sino magistral, envidiable. Desde la geografía marítima hasta los usos y costumbres de las diversas Iglesias y sus sacerdotes, todos los detalles que hacen real un mundo hecho de palabras, están ahí.

Los personajes son maravillosos. Son humanos, profundos, complejos. Están escritos y llevados con tanta ternura que al leer sus historias, el lector se conmueve. Empatizar con ellos se rige por un método tan sencillo como ir pasando páginas. Ya sea un concubina, o un poderoso mago, un príncipe desterrado, un mercader o un músico ambulante. Cada personaje es cercano, y el trabajo del autor para tallarlo con mimo y a base de detalles es tan preciso, que una vez más, hay que reconocer sus méritos excepcionales.

Pero. A pesar de tantas bondades, hay un "pero". Un inmejorable escenario y un puñado de protagonistas estupendo, ¿qué puede fallar?. Pues no puedo concretar un elemento que falle. Si estudiamos el mecanismo de relojería de Tigana, todo está en su sitio y hace "tic-tac", moviendo cada pieza la que tiene a su lado. Pero si nos fijamos atentamente, veremos que las manecillas del reloj dan la hora con retraso, que el segundero no avanza a la velocidad que debería. A pesar de ello, el mecanismo parece estar bien, aunque no pueda decir qué pieza es la falla.
El resultado es una historia muy interesante que avanza a un ritmo desesperante. Un acontecimiento provoca ciertas reacciones, y aunque el lector esté deseando conocerlas, se encontrará pasando páginas y páginas de diálogos y descripciones sin llegar al meollo. Ese ejercicio de plasticidad por parte del lector, que tendrá que estirar su paciencia una y otra vez, llegará a convertirse en una rutina cansada.  Así que, a pesar de ser una historia estupenda, parece estar escrita sobre densa mermelada. Cada vez que pasemos una página parecerá que estemos girado un pesada losa de piedra.

A pesar de lo intenso de la trama (derrocar un imperio motivado por la venganza tiene que ser "intenso" de todas, todas) tal vez le falte algo de acción. Tal como el autor ha imaginado y planteado su historia, seguramente no sea necesario, pero como lector sí lo he echado en falta: pasan muchas cosas interesantes en el libro, una sorpresa sigue a otra, pero parece no hacerlo con la suficiente velocidad.

"Tigana" es una reseña compleja. El libro gustará a quienes tengan la paciencia suficiente para terminarlo, pero será una lectura pesada para aquellos que busquén acción y giros frenéticos.

viernes, 23 de julio de 2010

Lamento, de Ken Scholes *

Una antigua y mortífera arma ha destruido por completo la ciudad de Windwir, sede de la orden androfracense. A muchas millas de distancia, el señor de las Casas de Bosque Nuevepliegues ve alzarse una enorme columna de humo. Sabe que la guerra ha llegado a las Tierras Conocidas.

Más cerca de la Desolación, un joven aprendiz resulta ser el único superviviente de la ciudad. Nebios, que esperaba a su padre fuera de las murallas, verá su vida entera transformada ante el hecho de ver morir en un instante a todos aquellos que conocía. En el sur, Petronus, el papa oculto de la orden androfracense, también ve la columna de humo de la destrucción, y sabe que no puede seguir dándole la espalda a su orden.


Y a corta distancia de Windwir se encuentra Sethbert, el señor de las ciudades estado entrolusianas, regocijándose en lo que cree que es el triunfo de su plan para conseguir la supremacía en las Tierras Conocidas. Junto a Sethbert está la dama Jin Li Tam, un peón en manos de su padre que la usa en el gran juego de la política, y que está destinada a convertirse en reina en ese tablero de juego. Muy pronto, todos los reinos de las Tierras Conocidas se enzarzarán en múltiples conflictos, a medida que se rompan las alianzas y se revelen las conspiraciones de los distintos poderes. 


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El texto promiconal de la portada dice "«Ojalá mi primera novela hubiera sido tan buena.» Orson Scott Card, autor de El juego de Ender". Y tras leer "Lamento" creo que si lo hubiera hecho, nunca habría publicado "El Juego de Ender".

Quiero pensar que es culpa mía, que me había creado unas expectativas demasiado altas, que espera mucho, que me había dejado llevar, una vez más, por el "Hype" editorial. Pero "Lamento" me ha parecido DECEPCIONANTE.

Desde el primer capítulo se nos presenta un escenario batante típico en el que desde el mismísimo comienzo de la narración acontece un hecho terrible. Bueno, sería terrible si al lector le importase lo más mínimo lo que ha pasado: la desaparición cataclísmica de una ciudad es terrible sólo cuando se conoce la ciudad o se tiene algún vínculo con ella. Cuando no es así, el acontecimiento pierde fuerza y auqnue uno se hace a la idea de que ha sido importante, carece de referencias para saber cuánto de importante. Así que el lector pasa la página y piensa, "vale, ¿y ahora qué?". Y ahora na, nada porque el resto de la novela gira alrededor de ese hecho que con frecuencia, poco o nada significará para el lector, se verá rodeado de personajes traumatizados o motivados pro la desaparición de una ciudad que él no conocía, llorando agente y constumbres que no conocía y deseando vengar unos ideales que no conocía. A partir de ahí, más cartón piedra para esta novela. La etiqueta de "novel" no justifica la simpleza de la trama.

Los personaes son tan artificiales que llevan al sonrojo. Desde la primera aparición de todos y cada uno de ellos, el autor, grita y gesticula de cara al lector exclamando "¡Mira como mola!, ¡Mira como mola!". Y el lector, le preguntará (justificadamente) "¿Y por qué mola?". Y es que se supone que los protagonistas son los más listos, valientes, sabios y maravillosos de "Las Tierras Conocidas", aunque no se nos demuestre por qué. Así que una trama inerte y unos personajes vacíos acompañarán página a página al lector, pasando de momentos de tedio a momentos de aburrimiento, pero aderezados con escenas, que simplemente, sonrojan, como cierto cortejo amoroso entre un príncipe gitano y una heredera metida a espía del que no quiero acordarme (pero me acuerdo).

Por lo demás, un correr de aquí para allá sin el más mínimo interés argumental.

No todo es malo. O por lo menos, "malo, malo". El libro deja intuir algunas ideas estupendas que desgraciadamente no son usadas a fondo y que si hubieran sido desarrolladas hubieran creado un trasfondo mucho más rico para la novela. Un ejemplo son los hombres de metal, un destello steampunk mal aprovechadoque se diluye y termina siendo, una vez más, la historia del "hombre atificial con sentimientos al que han utilizado lso hombres malos y que se lamenta del mal que ha traido al mundo". Si Assimov se levantara de la tumba, además de muecho miedo, le daría bien de patadas a este libro.

Así pues, querido lector: No te compres este libro. Yo LAMENTO haberlo hecho. Gástate los veinte buenos euros que cuesta (no que vale) en un título que valga la pena.
Tampoco lo saques de una biblioteca.

viernes, 16 de julio de 2010

En la Estación Bailisco / Honor Harrington 1, de David Weber **

La comandante Honor Harrington se encuentra por fin al mando de su primera gran nave estelar, la nsm Intrépido, un crucero ligero equipado con armas experimentales, y con la misión de demostrar las teorías del almirante Hemphill en los próximos juegos de guerra. Sin embargo, su habilidad en el primer ejercicio no será suficiente para superar su desventaja en armamento. Ella y su tripulación serán exiliados a la estación Basilisco, un remoto e insignificante puesto de vigilancia.

www.lafactoriadeideas.es

Cuando compré este libro, un tanto receloso por el texto publicitario haciendo referencia a "Warhammer 40.000", lo hice atraído por los ecos de la red en referencia al conjunto de la saga. Traté de no investigar demasiado pero sí de hacerme una idea aproximada de lo que iba a leer: una valerosa capitana de una flota estelar. Con esa premisa ya tenía el libro prácticamente comprado, y si a eso le sumo las buenas referencias que acompañan a la saga, tenía que darme el gusto de probarlo.

A pesar de la horrible portada de esta edición me llevé el libro a casa, deseando meterme a fondo en valerosas y pirotécnicas batallas espaciales. Lo que encontré, fue una novela adictiva de espionaje y políticia en el espacio. Algo así como si Jack Ryan se hubiera enrolado en la flota estelar. Desde luego, este libro es para leerlo de manera reposada, ni es una "space-opera" ni una novela acción o bélica como pueden serlo los libros de Scalzy o Scott Card. Tal como yo lo he interpretado, se trata de un título piloto, en el que se presenta un universo, unos protagonistas, y se asienta firmemente un armazón en el que irán encajando más piezas y que articularán un cuerpo más grande. Pero está lejos de ser uno de esos "libros de presentación de una saga" típicos. Y digo "típicos" porque suelen ser libros bastante flojos y arquetípicos mientras que "En la Estación Basilisco" parece un ejemplo de manual de cómo hacer una buena presentación de ideas y que, además, resulten interesantes.

En primer lugar, Honor Harrington, oh, capitana, mi capitana, recién ascendida de rango y que en los primeros capítulos toma el mando de "El Intrépido". Así, de su mano conoceremos la nave y la tripulación. Honor es todo lo que uno puede esperar de un capitán del "Enterprise" en Star Trek y un extra de mala uva y carisma. El personaje es sólido como el acero pero Weber lo usa con una soltura flexible y sin restarle nada a su imagen icónica, lo salpica de dobleces y de sombras, de un mundo interior y privado que sólo el lector conoce que hace de Honor uno de los mejores personajes de la ciencia ficción que he leído (muchas veces me recordaba al Ender de las últimas novelas de su saga). si tengo que ponerle una pega a Honor, es su peculiaridad más característica: su fiel mascota y el vínculo telepático que mantiene con ella. No suele gustarme mucho el uso de mascotas y animalitos como respaldo de los personajes, pero en este caso está usado con la suficiencia elegancia para que cada dos por tres no esté temiendo que, como en una peli de Disney, de pronto el animalito empiece a cantar y bailar. Aquí el refuerzo es incluso positivo. Honor es toda una protagonista.

Y si Honor es un personaje tan brillante, uno podrían pensar que eclipsaría al resto e protagonistas, pero no es el caso. El reparto coral está bien medido y ajustado: el resto de la tripulación, en concreto los oficiales, son un racimo de personalidades difrentes y bien dibujadas que entroncan en Honor, creando unas relaciones que forman el esqueleto de la novela, mientras que la "aventura episódica", auqenn interesante, no sea más que una escusa para ver cómo se forjan esas relaciones y sus repercusiones. Así, mientras la capitana es la cabeza visible y la que toma las decisiones, los oficiales a su mando son las que las realizan y su personalidad y su compatibilidad con Harrington (en unos casos mejor que en otros) son los personajes que mantienen vivo el libro. Nadie se imagina un "Enterprise" sólo con Kirk o Picard, sino que piensa en Scotty, Sulu, Ryker o Data. Aquí ocurrirá algo parecido, Honor y "El Intrépido" vienen en un pack con sus oficiales de comunicaciones, contramaestres, sus marines, su segundo...

Ese es otro punto atractivo de la novela, el cómo se traslada eficientemente el funcionamiento de la marina militar al espacio. Timonel incuido. La hambientación y contextualización es estupenda y el lector no tarda en meterse a fondo en la peliaguda situación política de ese rincón del espacio. Y tal vez ese sea uno de los pocos puntos negaticos que se pueden achacar a este título: que hay más política que batalla. Si buscas acción, evidentemente, hay pasajes de acción pura y dura, peor engeneral lo que te tienen pegado a las páginas es averiguar cómo Honor y sus tripulación será capaces de escapar a la comprometida situación en la que poco a poco, se han ido metiendo, como una trampa en la que una vez está dentro, comenzara a cerrarse. Hay un toque de cospiración y espionaje que, desde luego, dota de personalidad al libro, diferenciándolo de otros títulos de temática similar.

"En la Estación Basilisco" es un libro intenso que pide al lector un poco (pero ólo un poco) de esfuerzo y paciencia, pues se mete de lleno en una trama complicada, pero que dejará satisfechos a aquellos lectores que con un poco de paciencia, decidan esperar un poco para saltar a la acción.
Yo ya estoy buscando el segundo libro.

lunes, 12 de julio de 2010

La Guerra Por el Norte / Leyenda de una Era 1, de Guillem López *****

Han nacido entre los hombres y abierto un camino espinoso y retorcido. A pesar de las persecuciones y matanzas, los marcados están entre ellos, por todas partes. Nadie ha podido detener el nacimiento de estos nuevos humanos porque ese es el destino de la especie. ¿O quizá sí se puede luchar contra el destino?

Desde los Montes de Bruma a los suburbios de Rondeinn, druidas, monjes y nobles se enfrentarán en una gran aventura épica con un único objetivo: comprender y controlar el poder que dominará el mundo. Mientras, tras las montañas, alguien llega a Oriente. Un siniestro pariente que la extraña raza de los Kudaw esperaba desde hacía mil años.

Comienza la leyenda de una era. 


www.grupoajec.es

Impresionante. Ya sólo con la satisfacción de encontrarse con un buen libro es algo estupendo. Cuando además se trata de un autor joven, esa satisfacción es doble. Todo lo que puedo contaros de este libro, son, a priori, piropos. Es cierto que tienes sus fallitos, y detalles que molestarán a tal o cual lector. ¿Pero qué obra no las tiene? Encontrarás pocos libros tan sólidos y afortunados como éste en las estanterías.

La historia mezcla los temas cláscios del género (guerras de sucesión, enfrentamiento entre reinos...) y los embellece con elementos más atípico, como un cisma religioso, una raza misteriosa y... Mutantes. Mutantes en el sentido de individuos que han evolucionado sobre su propia especie y empiezan a desarrolladar fantásticas (o terribles)  habilidades. En muchos momentos te encontrarás pensndo que estás leyendo alguna de las historias de los X-Men de Marvel, donde los que son diferentes se ven obligados a huir para salver su vida (incluso parece existir un lugar de refuegio, un santuario, dond euna misteriosa mentora les preoteje y les enseña a usar sus poderes... Pero tendremos que esperar a próximas entregar para ver hasta qué punto es eso cierto, pero suena interesante, ¿verdad?). Dos de ellos serán protagonistas del libro. son casi quinientas páginas de épica y aventura que se devoran infatigablemente. Te atrapa con el primer capítulo y ya quedas ligado a estos personajes. Eso quiere decir que resultan naturales e interesantes. Que lo que les ocurre te afecta. Es difícil encontrar eso en este género de épica y fantasía, tan saturado de fórmulas prefabricadas. Y también quiere decir que esos devenires argumentales son interesantes. Y eso, de nuevo, en este género es difícil. Hay intrigas palaciegas, guerras santas y un misterioso elemento fantástico, pero está todo tan suavemente engranado que no se oye el "tic-tac" de su relojería. Es como esa leyenda urbana de que se sabe si un Rolex es falso mirando si la aguja del segundero avanza de continuo o con un "tic-tac" común (y digo leyenda urbana porque las imitaciones de relojes son ya tan buenas que incluso ese detalle está imitado a la perfeccción). Aquí el avance es fluido, y saltamaos de una situación a otra quedándonos sin respiración.

Es cierto que la fórmula "un capítulo-un personaje" parece estar muyde moda en el género ultimamente, pero en este caso juega a favor del ritmo y de el argumento, cosa poco común, porque no todos los escritores sabes utilizar esta herramienta de manera eficiente y simplemente la adoptan porque es el estilo del título de éxito de turno. Aquí Guillén López demuestra que sabe qué quiere contar y que sabe cómo contarlo. Muchas veces tropezamos con libros en los que saltamso de un personaje que nos encanta a otro que no aguantamos, y no pasamos capítulos enteros deseando que cierto personaje desaparezca para no volver a tropezarnos con él, eso no nos pasará aquí. Tendrás un par de personajes preferidos, claro, pero también te interesarán los demás, por ellos mismos y por cómo afectan a las historias de los demás. Historias, que ya de por sí, son adictivas, llenas de traiciones, giros arumentales, sorpresas e intensidad.

En resumen, uno los títulos más redondos que he leído en los últimos años, y esta vez, sin desmerecer compraciones con "Canción de Hielo y Fuego" o "El Nombre del Viento".

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