jueves, 19 de agosto de 2010

Diario de una invasión zombie, de J. L. Bourne *

Cuando los muertos vivientes invaden la tierra, huir es la única salida Una epidemia desconocida arrasa el planeta.

En Estados Unidos, un marine desertor empieza un diario desde el sótano de su casa, convertida en
búnker, en el que nos relata sus problemas para resistirse a los muertos vivientes que parecen haber invadido por completo el país y el mundo. Pero no hay lugar seguro y, en seguida, tiene que emprender una huída sin rumbo, por tierra, mar y aire, siempre medio paso por delante de los muertos vivientes que amenazan con devorarlo y convertirlo en uno de ellos.

www.scyla.es

"Si el círculo se cierra, ¿sabrías qué hacer. ¿Sabrías actuar como un profesional?" Seguramente ya sepas muchas cosas de este libro, porque en su momento, se le hizo bastante publicidad a la aparición de los relatos originales en internet, y ahora se está apoyando mucho el lanzamiento del libro. Y la verdad es que me apetecía probar, a pesar de que suelo huir de las modas  que cada pocos meses llenan las estanterías de las librerías. Supongo que nadie se sorprenderá si digo que este libro me parece malo. Muy malo.

El libro se podría etiquetar como un "Soy Leyenda" mal escrito por un paramilitar norteamericano. O tal vez un veterano de la guerra del Golfo que al volver a casa quiere volcar todas sus sombrías emociones en una historia de zombies. Imagino que es más barato que un terapeuta. El caso es que todo lo que hacía grande a "Soy Leyenda" , el libro, no la película (un hombre solo contra el mundo y un final magistral) aquí se desvirtúa en un guión para una película de "Chuck Norris contra los Zombies". Lo peor, es que no sería una peli de cachondeo (como se podría pensar por el título), si no que tanto Chuck como el equipo de rodaje y producción se lo tomaría muy en serios. Incluso se sentirían defraudados y decepcionados al no recibir ningún Oscar. Pero vuelvo a la idea principal: el libro es malo.

El estilo es ramplón, y la historia predecible, incluso para ser un libro de zombies. Pero es que el libro resulta ofensivo a la inteligencia del lector en algunos momentos. El protagonista es un piloto de las fuerzas aéreas que de pronto se ve rodeado de infectados (que ahora los zombies son eso, infectados). Y debe de ser el piloto más listo, mejor preparado y con más contactos del mundo, porque en menos de quince días, y mientras el mundo se desmorona a su alrededor, él es capaz ver en las noticias la información que los gobiernos del mundo nos ocultan y que nadie más puede ver, de montar un auténtico fuerte en su casa y conseguirse un arsenal de lo más apañado. Y a partir de aquí, una "Ramabada" detrás de otra. Incosistente es poco, pero es que además el protagonista es desagradable como pocos. Es un tipo que cae mal. No quieres darle ni el protagonismo de morir en las páginas del libro. Sólo quieres que desaparezca.

Se puude decir una cosa a favor del libro. Sí, en serio, tiene una cosa buena: es muy adictivo. Te lo lees en una tarde, aunque sólo sea porque pasas la páginas con tal indignación que buscando una excusa para tirarlo por la venta. Pues ni esa satisfacción.

Como en los casos de emergencia zombie, si te encuentras este libro en una librería, dispara a la cabeza. Si estás desarmado, simplemente huye corriendo.

lunes, 16 de agosto de 2010

La Conspiración del Lobo Rojo, de Robert V. S. Redick **

La conspiración del Lobo Rojo es el primer libro de la trilogía El viaje del Chathrand. Relata la historia de un viaje mágico y de la desaparición en el mar del barco más poderoso de la flota del imperio Arqual con todos sus pasajeros. Pazel, un humilde muchacho que tiene el don, o la maldición, de entender todas las lenguas; Thasha, la hija de un embajador, condenada a ser una baza en el tratado de paz entre dos imperios; el brutal capitán Rose; el espía Sandor Ott y sus asesinos. Y abajo, entre las ratas inteligentes, ocultos, los temidos ixchel y los espíritus atrapados en las cuadernas. Ésta es su historia.

www.alianzaeditorial.es

Si sigues este blog, ya sabes que me gustan las historias llevas de aventuras, viajes y descubrimientos. Cuando en el libro aparece un viaje a través de mares desconocidos hacia destino incierto, tiene muchas posibilidades de llevarse algún punto extra. Si eso ocurre con "La Conspiración del Lobo Rojo", entonces es que le falta chicha por algún otro lado, porque este libro a pesar de tener una premisa que apriori me parece fascinante, el libro me parece flojillo.


Si partimos de una idea tan atractiva como la de un gran barco que desaparece sin dejar rastro y de la organización de una gran expedición, nada podría llamarme más atención. Pero melas prometía muy felices, ya que ese espíritu de aventura que espera encontrar entre estas páginas se ve lastrado por un montón de ideas, que casi parecen ajenas a este libro. es como si el autor tubiera ideas para dos o tres historias diferentes, pero que pensase que si sólo iba a poder escribir un libro, lo mejor sería juntar todas lo mejor posible. Ese lo mejor posible no ha sido suficiente como para que el lector no se sienta mareado. En un momento estás leyendo las aventuras de un pequeño grumete y sus peripecias en un barco, y en el siguiente estás leyendo las desventuras de un grupo de pequeños seres tribales que tratan de subirse a un barco. No tengo problemas con la mezcla de ideas y de géneros, pero cuando unas ideas entorpecen a las otras, me parece que es un error pensar que una trama se apoya en la otra, cuando lo que en realidad ocurre es que evitan el normal desarrollo de las mismas. Y es una pena, porque como decía, y la idea sobre la que se estructura el libro (la saga) es de lo más seductora, pero se ve tristemente diluida.


El estilo de V. S. Redick es irregular, e igual que la trama viene y va de un concepto a otro, de un misterio a una cospiración, el estilo varia, de sobrio y elegante, maduro e intismista (en los momento en los que el joven Pazel es el motor de la acción) a ser fantástico, exagera y por momentos, infantil (esa tribu de ixchels, que con demasiada frecuencia me hacía pensar en "Los Diminutos" o "Los Borrowers"). Ese vaivén me sacaba constantemente de la historia. Y como digo, es una lástima. No sé cómo evolucionará el la trama en próximas entregas, pero en este libro hay una serie de elementos que son totalmente prescindibles y que sólo entorpecen el disfrute de aquéllas partes del libro más brillantes.

Existe, para rematar, una muletilla terrible, que creo que es un terrible defecto demasiado extendido en el género. Lo que yo llamo "Síndrome del destornillador Mágico", y que consiste en una solución mágica para la trama que ha sido dada de antemano. El protagonista, en su infancia, es bendecido con un hechizoque le permite entender todos los idiomas del mundo. No será ninguna sorpresa que ese don le será de gran utilidad en sus viajes. si hubiera sido bendecido con un destornillador mágico, nuestro joven protagonistas se pasaría media saga habriendo puertas. O peor, en el momento álgido de la narración, se encontraría con una gran puerta mágica que nadie puede abrir, momento preciso en el que recordará que durante más de diez años ha llevado en el bolsillo el, hasta ese momento, inútil destornillador mágico que su madre moribunda le legó antes de morir. Terrible, verdad. Si eres el protagonista de una historia de fantasía y tu mentor antes de morir te lega una misteriosa cajita, no debes temer por nada, tienes la vida resuelta: todo consiste en barir la cajita en el momento adecuado.


Así, la poca profundización en las ideas, la mezcla de ideas pocas trabajadas y el estilo irregular hacen de "La Conspiración del Lobo Rojo" uno de esos tochetes que terminan siendo un ejercico de lectura diagonal a partir del primer tercio de las páginas. A pesar de lo dicho, tengo interés en saber cómo va a evolucionar el autor las situacione sy los personajes. Por ver, más que nada, cómo sale de ésta.

viernes, 13 de agosto de 2010

Conan el cinmmerio 1, de Robert E. Howard *****

Conan es uno de los héroes más grandes jamás inventados: el bárbaro cimmerio que con su espada se abre camino a través de las tierras de la Edad Hiboria y que se enfrenta a poderosos hechiceros, a criaturas mortíferas y a ejércitos de ladrones y malvados.
En una carrera meteórica que abarcó doce años hasta su trágico suicidio, Robert E. Howard inventó el género que luego se denominó fantasía heroica y del que Conan sigue siendo el máximo exponente. En este volumen, profusamente ilustrado por Mark Schultz, aparecen los primeros siete relatos de Conan en sus versiones originales y en el orden en que Howard los escribió.
Además, se incluye material inédito, como la primera versión del relato El fénix en la espada o los mapas que el autor dibujó para crear el mundo de la Edad Hiboria.
Una ocasión única para disfrutar del talento de un genio literario cuyo estilo ha sido imitado por muchos, sin que ninguno llegara a igualarlo. 


www.scyla.es

Leo libros de fantasía por títulos como éste. No sólo porque su publicación y su estilo, sus ideas, son las que han delimitado el genero durante los muchos años que han pasado desde su publicación, si no porque libros como estos son lo que crean lectores, y los que hacen que existamos amantes del género.

Los relatos de Conan son maravillas "pulp", relatos fantásticos sencillos, trabajos alimenticios para su autor en la mayoría de las ocasiones, pero tan empapados de la personalidad del escritor que encierran entre sus palabras una energía, una angustia tan fuerte que los hace brillar sobre el resto de relatos. Lo hicieron en su época (1932) y lo hacen ahora. Ojalá se escribieran en estos momentos historias tan buenas como éstas. Son sólidas, son divertidas y tienen un algo más encantador. Es cierto que algunas veces pecan de inocentes o ridículas: la temible capitana pirata, nada más contemplar a Conan cae a sus pies (perdiendo en el acto las pocas sedas que la vestían) seducida por su energía irresistible y suplica al bárbaro que la tome y la haga suya. Hombre, pues sí que es un poco naif pero Howard tenía que comer, y hay un viejo lema editorial, escrito con letras de oro en los despachos de todos los directores editoriales del mundo que reza así: "Si quieres vender ejemplares, pon dos tetas en la portada". Es una regla infalible (en serio, conozco el negocio, hablo de cifras reales). Así que Howard le daba a su editor lo que pedía. De propina, nos dejaba brutales combates, alguna que otra criatura elemental y primigenia (como las de su amigo Lovecraft) y siempre, una ácida reflexión política y social.

"¿Cómo, Conan hace reflexiones políticas y sociales?". bueno, pues no, Conan de por sí es un pensador bastante limitado: hace lo que cree que debe hacer, y si eso implica partir a alguien pro la mitad con su gran espada (que es casi siempre), pues lo hace. Pero Conan, por lo menos en estos libros, tiene un pliegue que a primera vista puede no resultar evidente. Conan es un bárbaro, que en la era híbora es lo más parecido a un disidente o a un anarquista. Y es que Conan odia la civilización, porque Conan sabe que hay otra manera de hacer las cosas, una manera justa y humana, donde cada hombre vale lo que demuestra valer. Conan cree que otro mundo es posible. No es que tampoco tenga un gran interés en cambiarlo, pero si ese mundo civilizado se cruza en su camino, hará todo lo posible por reconstruirlo (tras destruirlo, evidentemente) respecto a lo que cree que es justo. Es un principio muy tosco, pero es un princpio: es el "yes we can" de los relatos de espada y brujería.

El Conan de los libros sorprenderá a muchos lectores que conozcan al personaje sólo por los cómics o las películas, mucho más arquetípico y plano. Los relatos de Howard nos presentan un mosaico de aventuras, desordenadas cronológicamente, que nos van a ir formando el puzzle que es Conan. Cada relato, una pieza: un temerario joven Conan ladrón, un maduro rey Conan sabio y reflexivo, un desilusionado y conflictivo Conan mercenario… Hay muchos "Conan", pero son todo el mismo. Es una experiencia muy divertida leer cómo Conan huye de la justicia en un relato, para en el siguiente encontrarse a un Conan aviejado que lucha por evitar que el reino que tantos años (y litros de sangre) le ha costado conquistar se destruya en una guerra civil. Conan tiene contrastes, sobras, evoluciona y es cada vez más profundo, según lo vemos en perspectiva.

La edición de Timun Mas es estupenda. Recoje sigueindo sus fechas de publicación todos los relatos de Howard, sin versiones posteriores alteradas ni revisiones. Puro Howard. Además incluye las EXCELENTES ilustraciones de Mark Schultz y todo, en unos cómodos libros de algo más de 300 páginas al asequible precio de 12€.

Más que imprescindible, inevitable.

sábado, 7 de agosto de 2010

La Flota Perdida 1: Intrépido, de Jack Campbell *

Las hazañas legendarias del capitán John Black Jack Geary son bien conocidas por todos. Reverenciado por su forma de resistir heroicamente durante los primeros días de la guerra, se pensaba que había muerto. Sin embargo, un siglo después, Geary regresa milagrosamente después de superar su periodo de hibernación, y acepta a regañadientes tomar el mando de la flota de la Alianza en un momento en el que los síndicos amenazan con aniquilarla. Aunque le abruma toda la parafernalia de héroe que hay montada a su alrededor, Geary sigue siendo un hombre comprometido con su deber. Sin embargo, para ganar esta guerra, tendrá que estar a la altura de la heroica leyenda de Black Jack.

www.lafactoriadeideas.es

 Rollazo. Así de sencillo. Cartón piedra allá donde mires. Y cuidado donde pisas, que está hueco. Un horror. Y más de uno me dirá que si soy muy duro o que no tengo ni idea. Seguramente tenga razón. Pero seguramente ese lector no se ha aburrido tantísimo como yo leyendo este libro.

A mí me gusta tanto como a cualquiera ver a la flota estelar desplegarse por el cosmos, o una buena batalla con las baterías de turbo-láseres funcionando a pleno rendimiento. Pero no soporto esas historias de héroe torturado que carga sobre sus hombros con el destino de la humanidad sin quererlo. ¿Y héroe por qué? El bueno de Jack Campbell nos presenta a su protagonista John "black" Jack y nos dice: "este tipo es un héroe". ¿Por qué? Porque es su libro y lo escribe como quiere y si él te dice que es un héroe, es que lo es. "Llevo medio libro y todavía no le he visto hacer nada heroico", podrían decir alguno de sus lectores. Y Jack le respondería que un héroe no necesita de grandes hazañas, sino estar ahí cuando se le necesita. Aunque el libro empieza así: "El héroe se despierta en medio de una crisis y todo el mundo recurre a él porque es un héroe". O alguna otra respuesta que echase balones fuera, pero que dejase muy claro que sí, que el protagonista es un héroe porque es su libro y él dice que el protagonista lo es. "Pues lloriquea mucho para ser un héroe", podría puntualizar  algún otro avispado lector . Y Jack, que se empezaría a poner nervioso, y a sudar, respondería con sonrojo: "¿Héroe?, ¿He dicho héroe?. Quería decir "ANTI-HÉROE", ¿no veis, lectores, que es un héroe que no quiere serlo?". Claro, Sr. Campbell. Lo que usted diga, Sr. Campbell.

Y así, Jack Campbell ha presentado, delimitado y desarrollado casi por completo al protagonista de su libro (y de la saga). Y si te parece que es plano y unidimensional, es que no has conocido al resto del reparto. Te aseguro, querido lector, que has tenido yogures con más personalidad en la nevera que los que ha sabido desarrollar Campbell. Ya no os digo nada de la trama del libro. "Esto son los malos. Son muy malos. Nos quieren destruir. Hay que destruirles a ellos. Porque son malos. ¡Ah! Y Jack es un héroe". Bravo Jack Campbell.

Poco más que decir. Uno de esos libro de "por que sí".
Horrible.

P.D: Por supuesto, es una saga de 6 bestsellers internacionales de tremendo éxito.

domingo, 1 de agosto de 2010

Las Monarquías de Dios 1, El Viaje de Hawkwood, de Paul Kearney *****

Año del Santo de 551. Normannia es un continente dividido. En oriente, las noticias no pueden ser peores: la ciudad de Aekir, centro espiritual de las Monarquías de Dios, ha caído ante los embates del sultán de Ostrabar y sus feroces merduk. El legendario comandante John Mogen ha perecido en la defensa, y el sumo pontífice de la fe ramusiana ha desaparecido y se presume que también ha muerto. Ahora sólo queda reagrupar a las fuerzas defensivas desbandadas, y elegir el lugar donde presentar la última resistencia.
Mientras, en el otro extremo del continente, la represión religiosa de la orden inceptina siembra el terror en el próspero reino marítimo de Hebrion. Sus víctimas: aquéllos que practican las artes mágicas del dweomer o, simplemente, son extranjeros sospechosos de desafecto hacia la verdadera fe. En medio de este caos surge la figura de Richard Hawkwood, un experto marino curtido en mil travesías y elegido por el rey de Hebrion para capitanear una misión inaudita: navegar hacia el extremo oeste del mundo, en busca del fabuloso continente occidental, con un cargamento de magos exiliados a bordo. El viaje promete ser inolvidable. 

www.alamutediciones.com


El editor promete "un viaje inolvidable". Y desde luego yo no lo voy a olvidar en bastante tiempo. Qué buen trabajo el de Paul Kearny. Lástima que este autor, que ya podemos considerar un veterano, sea casi un desconocido en nuestras librerías. Me acerqué al libro cuando me enteré que, además de la fantasía y las batallitas típicas del género, una parte fundamental del libro se dedicaba a un gran viaje de exploración en busca de nuevas tierras cruzando un océano desconocido e insondable. Me gustan este tipo de aventuras, así que desde el mismo momento en el que pagué y salí de la tienda, asumí que seguramente me defraudaría y que no colmaría mis espectativas. Bueno, ahí arriba están mis cinco estrellas, así que es evidente que las ha superado.


La historia comienza con un poco prometedor misterio, fruto de la ecuación "barco misterioso llega a puerto + tripulación muerta + monstruo en la bodega". Apenas unas páginas que me hicieron pensar en lo peor. El caso es que me dejé llevar, por aquello de que me parecía pronto para juzgar, y cuando me quise dar cuenta me encontraba leyendo sobre cinco reinos invadidos y una cruzada religiosa contra la magia. Y todo ello con sus batallas, sus sacerdotes arteros, sus refugiados y demás complementos, sin darme apenas cuenta, ya que Kearny nos lleva de la mano de un sitio a otro presentándonos personajes de esos que nos gustan: humanos, carismáticos y muy reales, con sus luces y sus sombras.


Y es que Paul Kearny escribe con fluidez, con naturalidad, y hace gala de un estilo descriptivo y narrativo sencillo y eficaz. Te atrapa, no lo puedo describir de otra manera más que como una trampa: vas leyendo y cuando te quieres dar cuenta, has pasado la tarde pegado a sus páginas y ya llevas medio libro. Y no es tarea fácil, porque te estás adentrando en un mundo lleno, vivo, con miles de años de historia a su espalda, con monarcas desaparecidos, civilizaciones y culturas. Estructuras de poder complejas, mapas sociales llenos de ramificaciones y un esquema general lleno de detalles. Todo esto lo asimilamos sin darnos cuenta mientras paseamos por pasillos de palacio, asistimos a asaltos de ciudades amuralladas o visitamos puertos marítimos. Cuando el lector termine el libro será un especialista en historia antigua y en sociopolítica de los cinco reinos que forman "las monarquías de Dios" y no se habrá dado cuenta de cuándo ha realizado el máster. 
Los personajes, como decía anteriormente, son profundos y poderosos. Todos tienen un algo especial que los hace atractivos. Saltar de uno a otro a través del texto es algo maravilloso. No puedo decidir todavía si tengo alguno preferido. Todos me parecen estupendos, cada uno en su singularidad.

Es un texto que devoras tanto por lo que está escrito como por cómo está escrito.
Y es que la historia, aunque de primeras nos suene de otros cientos de libros, tiene un toque personal. Siempre hay una inavasión a un reino,  siempre hay algún poder en la sombra y siempre hay un poder arcano esperando el momento para volver. Pero no son como los de "Las Monarquías de Dios". Y es que en este libro son un poco más reales que en otros libros y están mezclados con más elegancia. En conclusión, no es la típica historia de "voy a contar una guerra entre dos territorios, pero le voy a meter magos de por medio que siempre mola mucho". Aquí cada pieza tiene su función y engrana con las otras sin solaparse; hay magos, sí, pero ellos tienen que ver con problemas de religión y éstos con la situación política, y está se ve afectada por otro elemento, y éste por otro, y el último de nuevo por el primero, que son estos magos sencillamente excepcionales. Y es que aquí la magia parece algo bastante anecdótico debido al poco uso que Kearny hace de ella, pero que mirado en perspectiva dentro del conjunto de la obra es fundamental. En cualquier caso, la magia es sólo un ejemplo, podría hablaros de las técnicas de asalto a una ciudad amurallada o de cómo se ha de gobernar un barco durante una tormenta en alta mar (magistrales los conocimientos que el autor demuestra sobre navegación y construcción de barcos). Éste es un universo compacto, bien construido y sólido, que en próximos libros seguro que florece de una manera magnífica.

Y eso es lo que quiero: próximos libros. Y si esta saga está a la altura de su primera entrega, más sagas de este autor.

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