Una científica descubre los restos de una antigua civilización sumergida en las costas de la India. Sus investigaciones la llevan a pensar que un megatsunami pudo ser la causa de la tragedia que acabó con la floreciente civilización. Al mismo tiempo, científicos de todo el mundo informan de graves alteraciones en zonas muy distintas del planeta. Amrita empieza a sospechar que las leyendas de la Atlántida y de otras civilizaciones perdidas, del diluvio universal y del arca de Noé están relacionadas, y loque es más grave, que algo muy similar puede estar llamando a nuestras puertas.
“El Deshielo” es uno de esos libros de ciencia-ficción víctima de las etiquetas. De edición directa en bolsillo y bajo el “claim” de “Nos lo advirtieron, pero no los escuchamos...”, Planeta pasa de tapadillo este libro a las estanterías de las librerías. El título para haber caído en la sombra de los libros sobre catástrofes de cara al 2010 y demás profecías mayas. Una lástima, porque “El Deshielo” no va de eso.
Este libro reparte su dosis de ciencia-ficción entre varias premisas científicas, a saber, los polos se derriten y sube el nivel del mar, y diferentes hallazgos arqueológicos que demuestran que este tipo de desastres ya han pasado antes y que una humanidad anterior a la académicamente reconocida sobrevivió para demostrarlo. A partir de aquí, Isomäki se complica la vida con una trama pobretona y algo aburrida que va descolgado, poco a poco al lector, una desaprovechada para te de “ficción” tras una interesante y original propuesta en el apartado “ciencia”.
Una pena, porque en la mejor tradición de autores como Michael Crichton, el punto de salida de El Deshielo engancha. Unos científicos descubren en la India una serie de ciudades sumergidas que pueden ser la base al mito de la Atlántida y las civilizaciones prehistóricas avanzadas. A partir de aquí, la cosa pierde fuelle. Y eso a pesar de contar con un sólido e inspirado discurso sobre el conocimiento milenario de las culturas orientales que durante siglos ha sido ninguneado por occidente. Seguramente el punto fuerte del libro. Por lo demás, alguna que otra aventurilla de medio pelo, salpicada de curiosidades científicas con un marcado acento ecologista.
Y es que está muy bien eso de cuidar el planeta. De actuar nuestras responsabilidades y asumir las consecuencias (desastrosas) que nuestro ritmo diario de vida suponen para el medioambiente. Todo muy bien expuesto, pero… Bueno, el libro también sostiene que las grandes catástrofes ecológicas y el calentamiento global está sujeto a procesos cíclicos naturales. Así que, más allá de acelerar este tipo de procesos, ¿cuál es la responsabilidad de la humanidad ante este tipo de cambios? Un tema ligeramente contradictorio con el que tropezará el lector en varios momentos.
“El Deshielo” es una propuesta interesante, torpe en su desarrollo, pero entretenida lectura de “transporte público” para aquellos con paciencia suficiente como para terminarlo.
P.D: Aquí nadie advierte nada de nada a nadie: 100% prophecy free.