lunes, 29 de marzo de 2010

Bosque Mitago, de Robert Holdstock *****

En los rincones más profundos del bosque Rhyope, un lugar apenas hollado por el hombre y más extenso de lo que indican los mapas, existe una magia primigenia que provoca que mitos y leyendas se encarnen en seres tangibles. Steven Huxley, decidido a desentrañar el misterio que persigue a su familia, se adentra en el bosque y descubre un mundo mucho más extraño de lo que jamás podría haber imaginado. 
Bosque Mitago es uno de los grandes logros de la fantasía moderna. En uno de los juegos de claros y sombras más ricos y originales del género, Robert Holdstock despliega una historia entroncada en la mitología celta cuyo recuerdo perdura mucho después de haber dejado atrás su última página. 
 
Según pasan los años, un va leyendo entrevistas de sus escritores favoritos y poco a poco va viendo nombres de referencia que se repiten. Uno de los más citados es Robert Holdstock, y su obra Bosque Mitago a punto seguido. “Será por algo”, me dije. Así que cuando encontré, comencé su lectura un poco temeroso de que me defraudara. Había anticipado tanto su contenido, que temía que el libro me defraudara. Nada más lejos de la realidad.
Es un libro estupendo. Magnífico. Una histora fantástica que se sostiene sobre una historia de amor, pero sin ñoñerías ni estúpidas emociones idealizadas hasta la nausea. Es una historia cruda, sobre las emociones, en las que la fantasía (cercana en su planteamiento a “La Historia Interminable”) sirve de pretexto para plantear un triángulo amoroso desgarrador.
El texto está narrado con sencillez y sinceridad. En muy pocas páginas te encuentras empapado de niebla de la campiña inglesa y te mueves con seguridad por los pasillo de la casa de nuestro protagonista. Es fácil de leer y te deja con ganas más. Uno de esos libros para revisitar de manera crónica.
 
Los personajes son cautivadores, sus historias ya de por sí interesantes de manera individual se enlazan en una aventura hacia el interior de un boque maravilloso, hacia el interior del origen de los mitos, y hacia el interior de los corazones de los protagonistas, tan humanos y reales que en algún punto de la narración te encontrarás reprimiendo una lagrimita (a mí me llegó durante su lectura en un bus de vuelta del trabajo). La maestría con la que Holdstock construye a sus personajes hace que algunos secundarios, que no parecen más que en algunos párrafos, demuestren más personalidad que el de algunos protagonistas de sagas enteras. A destacar, un piloto veterano de guerra que será el compañero que todos querríamos que nos acompañara en una aventura.
 
La historia se desarrolla de una manera tan natural, haciendo al lector partícipe de unos sentimientos tan reales que uno se queda atrapado entre las páginas y comienza a amar el bosque del relato de una manera que hasta el momento sólo podría compararse a La comarca de Tolkien o la Invernalia de Martin. Esto es gracias a las descripciones del autor, que lejos de acumular detalles, describiendo el brillo de la luz sobre las hojas de abedul en la primera hora de la mañana, sitúa al lector con la mayor sencillez tan solo con la descripciones precisas para crearnos las sensaciones correctas.
 
El libro es impecable. De las lecturas que más he disfrutado en años.

domingo, 7 de marzo de 2010

Henders, de Warren Fahy ****

Bienvenido al último rincón salvaje de la Tierra

Un equipo de científicos de un programa televisivo recibe una llamada de socorro proveniente de una pequeña isla en pleno corazón del Pacífico, a miles de kilómetros de toda costa habitada. Lo que allí encuentran no tiene nada que ver con lo que hasta ahora conocían: la flora y fauna de este pequeño trozo de tierra se ha desarrollado según unas reglas propias y ha creado su propio ecosistema. En la isla habitan seres increíbles, desconocidos y feroces que hacen realidad sus peores pesadillas... la carrera por la supervivencia ha empezado.

Cuando entre estas terribles especies aparece una forma de vida inteligente que desafía todas las teorías científicas conocidas hasta ahora, la cuestión trasciende la ciencia y toma dimensión política. ¿Hay que borrar la isla del mapa y salvar a la humanidad de semejante amenaza, o bien hay que protegerla, estudiar a estos fascinantes seres y dejar que los científicos hagan su trabajo?

Recuerdo cómo fue aquel verano en que me atraqué con Parque Jurásico, y cómo disfruté cada aventura y cada explicación científica. Recuerdo cómo me fascinó el libro. Y lo recuerdo con muchos detalle, y viso colores. Y lo recuerdo tan bien porque la semana pasada estaba leyendo este Henders y fue una experiencia de lectura tan gratificante como aquella.
Ya no me deslumbro como en aquellos años, pero sí que disfruto igual de las buenas aventuras. Tal vez, ahora las disfrute más todavía, porque me resulta más difícil encontrar buenos libros me que me emocionen. Henders llegó a mis escépticas manos casi por sorpresa. Ni la portada ni la premisa prometían nada bueno: en le mejor de los casos, que en pocos meses lo encontraría en los saldos de algún centro comercial. Pero uno empieza a leer… Y de pronto se encuentra en una isla misteriosa, con criaturas misteriosas y científicos muertos. Y ya está atrapado.
El libro, desde el principio (los agradecimientos ya citan a Crichton) huele a Parque Jurásico que echa para atrás. Sustituye dinosaurios por langostas gigantes y ya tienes la base de Henders. El libro tiene aventuras, saltos, teorías científicas y bichos escalofriantes. Y además, está bien escrito.
Las aventuras son intensas, las disertaciones interesantes y divulgativas, la historia interesante. Sin querer contaros nada de la trama, puedo deciros que no es nada especialmente original, pero está llevada con originalidad. Y sin salirse ni un ápice del esquema de este tipo de aventurillas, hace una serie de aportes respecto al origen del misterio que rodea a esta Isla de Hender muy intereantes. También es interesante su reflexión ecológica sobre el papel del ser humano en la evolución y su papel en el planeta, sin caer en sentimentalismo, lugares comunes ni pasajes panfletarios. Es estilo es correcto. Los personajes está llevados con soltura y en apenas unas pinceladas están perfectamente dibujados y resultan interesantes y complejos.
Por poner una pega, tal vez el malo sea muy malo y sea evidente, casi desde el principio, cual será su futuro. El final del libro, aunque abierto, resulta un pelín precipitado. En cualquier caso, espero una segunda parte.
Un libro muy interesante, muy divertido, que te alegrará leer. Y sí, además viene con dibujitos. ¿Qué más se le puede pedir?

La Magia Muerde (Kate Daniels 1), de Ilona Andrews **

Si no fuera por la magia, Atlanta sería una ciudad agradable para vivir… Cuando la magia se extiende, los monstruos reptan de entre las sombras y los brujos urden sus hechizos, mientras que las armas de fuego dejan de funcionar y los coches se detienen. Pero la tecnología siempre regresa, y la magia retrocede tan sigilosamente como ha aparecido, dejando tras de sí una estela de molestias paranormales.

Kate Daniels es una mercenaria hecha a sí misma que se gana la vida resolviendo ese tipo de inconvenientes mágicos. Sin embargo, cuando su guardián es asesinado, su deseo de justicia la sitúa en el centro de un conflicto por el poder entre dos de las principales facciones de las altas esferas mágicas de Atlanta.

Los Señores de los Muertos, nigromantes que controlan a los vampiros, y la Manada, un clan paramilitar de cambiaformas, se acusan mutuamente de una serie de extraños asesinatos. La muerte del guardián de Kate puede ser una de las claves para la resolución del misterio. Presionada por ambos bandos en su búsqueda del asesino, Kate comprenderá demasiado tarde que el caso se le escapa de las manos. Aunque lo único que puede hacer es seguir adelante…


Joven atractiva con vaqueros y con un problema de actitud que caza demnios. Si te gusta Buffy, te gustará este libro. Porque es eso y sólo eso, ni más ni menos, una “Buffytada” . Tampoco promete otra cosa, así que nadie se engañe si le pida más. Si entras en este libro, sabías a lo que venías.
Empecé el libro con ganas porque había leído muy buenas cosas sobre él (y sobre la saga en general), pero a medida que pasaba páginas, iba perdiendo fuelle y cada vez tenía más ganas de pasar a otra cosa. No, el libro no está mal, pero tampoco es nada especial. Tiene un par de muy buenas ideas y algunos momentos casi brillantes. Pero Me recordaba demasiado a Buffy, y mientras que de la serie de TV puedo tragarme algún capítulo de vez en cuando de sus muchas repeticiones, e incluso disfrutarlo, es algo que ocurre de manera accidental. Tras ves la serie uno no vuelve a verla con facilidad, así que tropezarse con este libro pasa por ser un divertido pasatiempo que termina por hacerse pesado.
También es cierto que yo ya me siento viejo y encorvado, y estos tenues romances adolescentes, tonteos amorosos con criaturas de las tinieblas y tensión vital adolescente me pillan mayor. Para mí estas cosas murieron con los Guns’n’Roses. Pero todavía me resultan simpáticas.
El estilo del libro es bastante sencillo, sin ningún destello de gloria reseñable: es eficiente. Lo que hace, lo hace bien. Punto. Tampoco se puede hablar mal. Tal vez eso sea lo peor, que no es destacable: ni el estilo es novedoso y ni aporta nada nuevo. Creo que tampoco lo pretende. Parece un título de consumo rápido destinado a almas adolescente ávidas de mala leche, balas de plata y atractivos personajes mágicos. Por lo menos, no cae en la mojigatería de otras obras más “crepusculares”, y deja de lado profundos impulsos primarios producto del despertar hormonal y se dedica a ser entretenido y fácil de leer. Aventuras e intereses románticos que le encantarán a tu sobrino.
Un pasatiempo recomendable que no engaña a nadie. Y eso está bien: por lo menos es un texto sincero.

lunes, 1 de marzo de 2010

Lágrimas de Luz, de Rafael Marín ***

Tercera Edad Media: la humanidad languidece en la vieja Tierra mientras las naves de la Corporación llevan la Conquista a otros sistemas. Los mundos alienígenas son arrasados y explotados en nombre de la expansión humana, y estas gestas bélicas son cantadas por los poetas, hombres que a bordo de las naves componen sus poemas épicos acerca de las grandes hazañas guerreras, debidamente embellecidas, exaltadas... y deformadas.

Favorita indiscutida de la ciencia ficción española, la novela Lágrimas de luz y los relatos “A tumba abierta” y “Ébano y acero” (recogidos por primera vez de forma conjunta en un solo volumen) trasladan al mundo del space opera los elementos que dieron gloria a los cantares de gesta medievales. Partiendo de las imágenes más tradicionales de ambos géneros y haciendo gala de un estilo virtuoso rayano en lo poético, Rafael Marín dio forma a un ciclo que se ha convertido en verdadero referente para los aficionados españoles desde su publicación original en la década de los 80.


Hay libros de los que uno oye hablar durante años. Y en lo que se refiere a Ciencia Ficción, y a autores españoles, el incombustible y multifacético Rafa Marín es uno de esos nombres más repetidos. La reedicición en bolsillo por parte de Gigamesh de su "lágrimas de Luz" me dio la oportunidad de sacarme esa espinita clavada.
Al sumergirte en sus páginas, uno no puede evitar sonreír ante su regusto ochentero, aunque en ocasiones le lleve a uno al sonrojo. “Lágrimas de Luz” es por momentos horterilla y camp. Pero también lo es Star Wars, y nos encanta a todos. Esta es una historia hija de su tiempo que bebe de otros libros como Starship Troopers (Brigadas del Espacio) donde la conquista espacial se asemeja más a las campañas del Imperio Romano que a la exploración del Enterprise.
Lágrimas de Luz nos cuenta la historia de Hamlet, un joven que quiere ser poeta, un alma sensible y extraordinaria que en un momento de su vida se verá cantando la épica de la conquista espacial, que lejos de heroicidades forjadas sobre los brillantes cascos de naves espaciales, lo hace sobre los cuerpos muertos por láser de cientos de soldados y víctimas civiles.
La historia tiene un manifiesto carácter pacifista y ecológico (sí, antes de avatar también se hacían esas cosas). Pero lo que de verdad te apasionarán serán las vivencias de Hamlet. Sus vaivenes emocionales. Sus reflexiones. La profundidad con la que está escrito el personaje lo hace tierno, encantador, empático y carismático. Sus aventuras, desde que abandona la Tierra, sus estudios y formación en una colonia, y sus servicios como poeta en las naves de combate son una delicia.
Este es un libro estupendo, sólo justo antes del final parece perder un poco de ritmo, pero, sin duda, es un libro estupendo que hace disfrutar al lector. Ciertas cadencias en el argumento, así como algunos pasajes demasiado insistentes y reiterativos lastran un poco el desarrollo de la trama y harán algunos pasajes más pesados de lo deseable. Otro punto que complica un poco (sólo un poco) la lectura son ciertos pasajes demasiado líricos. Cierto es que nuestro protagonista es un poeta, pero tal vez el autor no sea uno tan bueno como su propia creación: en algunos momentos nos encontraremos leyendo poemas que nos llevaran al sonrojo, sacando unos colores en nuestras mejillas que ni algunas de las escenas sexuales descritas por Marín en el mismo texto. No sé si calificarlas de ingenuas o que, simplemente, no encajan con el tono del texto en los que van encajadas. Tal vez esa fuera la intención e Marín, la de forzar ese contraste, pero me parece un intento algo fallido, ya que estos pequeños textos (algunos en castellano antiguo, típico en fondo y forma a nuestro cantar de gesta) y floridas descripciones, me sacaron totalmente del historia. Y como lector, no me gusta qu e los textos jueguen al despiste conmigo.
En cualquier caso, el Señor Marín merece un aplauso y un reconocimiento, por su labor pionera y porque, en cualquier caso, el libro resulta estupendo.

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