Bienvenido al último rincón salvaje de la Tierra
Un equipo de científicos de un programa televisivo recibe una llamada de socorro proveniente de una pequeña isla en pleno corazón del Pacífico, a miles de kilómetros de toda costa habitada. Lo que allí encuentran no tiene nada que ver con lo que hasta ahora conocían: la flora y fauna de este pequeño trozo de tierra se ha desarrollado según unas reglas propias y ha creado su propio ecosistema. En la isla habitan seres increíbles, desconocidos y feroces que hacen realidad sus peores pesadillas... la carrera por la supervivencia ha empezado.
Cuando entre estas terribles especies aparece una forma de vida inteligente que desafía todas las teorías científicas conocidas hasta ahora, la cuestión trasciende la ciencia y toma dimensión política. ¿Hay que borrar la isla del mapa y salvar a la humanidad de semejante amenaza, o bien hay que protegerla, estudiar a estos fascinantes seres y dejar que los científicos hagan su trabajo?
Recuerdo cómo fue aquel verano en que me atraqué con Parque Jurásico, y cómo disfruté cada aventura y cada explicación científica. Recuerdo cómo me fascinó el libro. Y lo recuerdo con muchos detalle, y viso colores. Y lo recuerdo tan bien porque la semana pasada estaba leyendo este Henders y fue una experiencia de lectura tan gratificante como aquella.
Ya no me deslumbro como en aquellos años, pero sí que disfruto igual de las buenas aventuras. Tal vez, ahora las disfrute más todavía, porque me resulta más difícil encontrar buenos libros me que me emocionen. Henders llegó a mis escépticas manos casi por sorpresa. Ni la portada ni la premisa prometían nada bueno: en le mejor de los casos, que en pocos meses lo encontraría en los saldos de algún centro comercial. Pero uno empieza a leer… Y de pronto se encuentra en una isla misteriosa, con criaturas misteriosas y científicos muertos. Y ya está atrapado.
El libro, desde el principio (los agradecimientos ya citan a Crichton) huele a Parque Jurásico que echa para atrás. Sustituye dinosaurios por langostas gigantes y ya tienes la base de Henders. El libro tiene aventuras, saltos, teorías científicas y bichos escalofriantes. Y además, está bien escrito.
Las aventuras son intensas, las disertaciones interesantes y divulgativas, la historia interesante. Sin querer contaros nada de la trama, puedo deciros que no es nada especialmente original, pero está llevada con originalidad. Y sin salirse ni un ápice del esquema de este tipo de aventurillas, hace una serie de aportes respecto al origen del misterio que rodea a esta Isla de Hender muy intereantes. También es interesante su reflexión ecológica sobre el papel del ser humano en la evolución y su papel en el planeta, sin caer en sentimentalismo, lugares comunes ni pasajes panfletarios. Es estilo es correcto. Los personajes está llevados con soltura y en apenas unas pinceladas están perfectamente dibujados y resultan interesantes y complejos.
Por poner una pega, tal vez el malo sea muy malo y sea evidente, casi desde el principio, cual será su futuro. El final del libro, aunque abierto, resulta un pelín precipitado. En cualquier caso, espero una segunda parte.
Un libro muy interesante, muy divertido, que te alegrará leer. Y sí, además viene con dibujitos. ¿Qué más se le puede pedir?
3 comentarios:
Oye pues yo desde que lo vi anunciado pensé que iba a ser una basura de libro, la verdad. Pero me lo has pintado genial; la trama es de las que me molan.
Apuntado queda!!
Me pasaba igual que Kelemvor... cuando lo vi en la libreria no me atrajo en absoluto, pero visto tu comentario es posible que le de una oportunidad... supongo que se la daré porque yo también disfruté en su momento como un enano con Parque Jurásico... jejeje
Un saludete
Me alegra ver que el Guardián del Capítulo está creando en punto de referencia1 jejeje... En serio, me halaga que una referencia mía pueda ser decisiva sobre la adquisición de un libro.
En concreto, Hender me gustó mucho por las sensaciones queme hizo revivir. No es un libro excepcional, es un libro correcto, pero participa de un imaginario y de unas formas que a mí me gustan, tanto por su sencillez y principios de mera diversión, como parecidos a otras lecturas agradables.
¡Gracias por la visita muchachos!
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